El primer ministro Hashim Thaci lee la declaración en el Parlamento en presencia del presidente de Kosovo, Fatmir Seidiu. Foto: ARMANDO BABANI/EFE

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La hasta ayer provincia serbia de Kosovo ha accedido de forma unilateral a la independencia entre el rechazo de Serbia y su gran aliado, Rusia, y los llamamientos a la prudencia de la comunidad internacional. El presidente kosovar, Fatmir Sejdiu, dijo a la prensa en Pristina que «ahora que se proclamó la independencia, tengo el honor de invitar a todos los países del mundo a establecer relaciones diplomáticas normales con nosotros».

El primer ministro, Hashim Thací, quien leyó en el Parlamento la declaración de independencia, aseguró que el nuevo Estado va respetar los derechos de las minorías y subrayó que «desde hoy Kosovo será un Estado democrático y multiétnico».

«Kosovo es Serbia, y siempre será así», declaró, por contra, el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, quien arremetió contra «la política destructiva, inmoral y brutal» de Estados Unidos, al que acusó de haber llevado a la declaración de lo que denominó un «Estado falso». Kostunica dijo que la Unión Europea «bajó la cabeza» ante «la humillación» estadounidense, «y por eso será responsable de las consecuencias» en el orden internacional.

A su vez, el presidente serbio, Boris Tadic, que viajó a Nueva York para asistir a una sesión del Consejo de Seguridad, también afirmó que su país no reconocerá nunca la independencia de Kosovo y aseguró que las reacciones de Serbia serán pacíficas, diplomáticas y jurídicas.

«Serbia superará esta situación con calma, con dignidad y de forma civilizada. Serbia no recurrirá a la violencia y ése es el único enfoque que puede proporcionarnos que prosigamos la lucha legítima para la preservación de la integridad del país», indicó Tadic al dirigirse a los ciudadanos serbios por televisión.