TW
0
EUROPA PRESS-MOSCÚ Rusia se prepara hoy para votar en unas elecciones presidenciales donde el viceprimer ministro Dimitri Medvedev, uno de los hombres más leales al Gobierno de Vladimir Putin, es el principal candidato para hacerse con la victoria.

Son unos comicios que se desarrollan en un ambiente tumultuoso, marcado por las turbias relaciones entre Moscú y los organismos de control electoral de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE); y con una opinión internacional dividida entre los que definen a Medvedev como un títere del que será futuro primer ministro del país, y los que le perciben como una nueva esperanza de futuro si es capaz de reverdecer sus laureles como activista democrático durante su juventud.

Las últimas encuestas dan a Medvedev un 73% de la intención de voto de cara a estos comicios en los que concurren el líder comunista Gennady Zyuganov, el presidente del Partido Liberal Demócrata, Vladimir Zhirinovsky, de carácter ultranacionalista, y el cabeza visible del Partido Democrático, Andrei Bogdanov.

En realidad, Medvedev ganó los comicios en el momento en el que recibió el apoyo de Rusia Unida, el partido del Gobierno de Putin, cuya imagen doméstica sigue siendo, a pesar de las múltiples protestas organizadas por la minoría opositora, virtualmente inexpugnable. Entre los críticos destaca la figura del Gran Maestro de ajedrez Garry Kasparov, o el ex primer ministro Mijail Kasianov, que cayó en desgracia con Putin en 2004. Ambos no se presentarán a las elecciones por lo que consideraron «presiones del Kremlin» que les han impedido cumplir los requisitos necesarios para validar su candidatura. También la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se ha negado a desplazar a sus observadores, cuya labor de supervisión del proceso electoral es considerada como fundamental para garantizar la legitimidad de los comicios.

Dimitry Medvedev (San Petersburgo, 1965), ex profesor de Derecho y actual presidente de Gazprom -la gasística más importante del país-, ha despertado la animadversión de sus críticos en el momento en el que Putin aceptó su petición para convertirse en primer ministro tras estos comicios. Así, Putin seguiría ostentando un puesto de responsabilidad en la cúpula del Kremlin después de haber finalizado los dos mandatos que le permite la Constitución.