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EFE-PRISTINA Kosovo estrenó ayer una nueva Constitución que le otorga competencias propias de un Estado, aunque mantiene en manos de la comunidad internacional el control de importantes áreas, como Policía, Justicia y Aduanas.

Con la firma por el presidente, Fatmir Sejdi, de un paquete de leyes subordinados a la Carta Magna, comenzó la aplicación del documento, que fue aprobado por unanimidad en el Parlamento de Pristina el pasado día 9.

Por la tarde, una solemne ceremonia en el Pabellón Rojo del centro de Pristina, fue el marco de la entrada en vigor de una Carta Magna cuyo párrafo introductorio define a le República de Kosovo como un «Estado independiente, soberano, democrático, único e indivisible» y destaca su condición de sociedad «multi-étnica».

Al acto no acudieron representantes serbios, aunque sí de Estados Unidos y el enviado especial de la UE en Kosovo, Pieter Feith.
El documento consta de 40 capítulo y 160 artículos, que regulan el funcionamiento de esta república con el albanés y el serbio como lenguas oficiales.
El presidente kosovar, Fatmir Sejdin, aseguró que el país «ha nacido de la manera correcta» y expresó su deseo de que la ex provincia serbia sea reconocida pronto como «el miembro 193 de la ONU». Sejdin aseguró que el suyo será un país «de todos sus ciudadanos, de las mayorías y de las minorías».

Por su parte, el primer ministro del joven país, Hashim Thaci, aseguró que la entrada en vigor de la Constitución es el «segundo paso más importantes, tras la declaración de independencia, en la consolidación» de la libertad del país y recordó que el proceso estuvo lleno de «desafíos».

El nuevo entramado legal invita a la Unión Europea a asumir la supervisión de la aplicación del plan del ex enviado especial de la ONU a la región, Martti Ahtisaari, quien hace un año propuso un Kosovo independiente tutelado por la UE y con amplios derechos para las minorías étnicas.

Igualmente, la Constitución que entró ayer en vigor pide a la OTAN que se haga cargo del control de la seguridad en la ex provincia serbia y que se responsabilice del entrenamiento de sus futuras fuerzas de seguridad.

La luz verde al texto continúa el camino iniciado el pasado 17 de febrero, cuando Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Belgrado.