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EFE-WASHINGTON El presidente de Corea del Norte, Kim Jong Il, podría haber sufrido un infarto cerebral o apoplejía en las últimas dos semanas, según han revelado fuentes de los servicios secretos de Estados Unidos que pidieron mantener su anonimato.

Observadores políticos y agencias de espionaje de Corea del Sur, EEUU y el resto de los países implicados en el diálogo nuclear con Corea del Norte esperaban comprobar ayer si el líder norcoreano asistía al desfile militar celebrado para conmemorar el 60 aniversario de su fundación. No acudió.

Kim Jong Il no ha sido visto en público desde hace un mes y, según la agencia japonesa Kyodo, ha roto con la tradición de sus apariciones en los eventos militares que se celebraron con motivo del 50 y 55 aniversario de la fundación de Corea del Norte, en 1998 y 2003, respectivamente.

Kim sufrió un desvanecimiento el mes pasado, según un funcionario surcoreano en Pekín citado por el diario surcoreano Chosun Ilbo, que afirmó la semana pasada que cinco médicos chinos visitaron Pyongyang a finales de agosto, posiblemente para tratar al líder norcoreano, aquejado de diabetes y problemas de corazón.

La salud del máximo mandatario norcoreano, que oficialmente desempeña sólo el cargo de presidente de la Comisión de Defensa Nacional, está íntimamente relacionada con el destino de Corea del Norte, ya que Kim heredó el liderazgo del régimen comunista de su padre, Kim Il-sung. A las especulaciones sobre la salud de su «amado líder» se unen la crisis alimentaria por las malas cosechas del año pasado y la interrupción del proceso de desnuclearización.

Corea del Norte bloqueó a finales de agosto la desnuclearización negociada con Corea del Sur, Rusia, Japón, China y EEUU, que integran el diálogo a seis. Pocos días más tarde diversas fuentes informaban de que Pyongyang ha iniciado la reconstrucción del reactor de la central de Yongbyon, la mayor instalación nuclear del régimen comunista, aunque ello ha sido negado por Washington.

De modo que el régimen de Pyongyang ha cumplido los 60 años de su fundación cerrando la puerta a las ayudas internacionales prometidas a cambio de la desnuclearización.