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AGENCIAS-NUEVA YORK El Gobierno estadounidense tiene ya un primer borrador del plan de rescate drástico para limpiar los cientos de miles de millones de dólares implicados en activos financieros tóxicos, nombre con el que se conoce a los valores y títulos basados en hipotecas subprime o de alto riesgo. El plan, que será presentado ante el Congreso este mismo fin de semana prevé gastar un tope de 700.000 millones de dólares y elevar la deuda pública máxima hasta los 11'3 billones de dólares.

El plan recoge que el Departamento del Tesoro compraría o se comprometería a comprar «activos relacionados con hipotecas a cualquier institución financiera con sede en Estados Unidos».

El objetivo es garantizar el valor de mercado de los fondos comunes de inversión y detener la práctica del short-selling o venta en corto, es decir, la venta de títulos que aún no se poseen con la esperanza de que éstos bajen aún más de precio y poder comprarlos a un precio inferior del que se vendió inicialmente, para dar estabilidad a los mercados financieros.

Estos activos deberán ser sobre hipotecas de viviendas o de comercios o instrumentos relacionados originados a partir del 17 de septiembre de 2008. Además, el proyecto prevé elevar de los 10'615 hasta los 11'3 billones de dólares el límite de endeudamiento del Estado.

El Congreso ya se ha comprometido a actuar con rapidez para aprobar el plan, que podría estar formalizado en un documento este mismo fin de semana para su presentación a los comités de la Cámara de Representantes y, tras su aprobación en esta instancia, pasar al Senado a principios de la semana próxima.

En este contexto, el banco de inversiones Morgan Stanley podría contar con más tiempo para elaborar un plan de futuro y una posible fusión con Wachovia u otros bancos. Por otra parte, el Tribunal de Quiebras aprobó el acuerdo que permitirá a Barclays comprar los activos más importantes de la financiera estadounidense Lehman Brothers, declarada en quiebra a principios de esta semana. El juez aprobó esta decisión, que otorga el mando a la entidad británica, porque dicha transacción «es la única disponible». Así, cambiará de manos una de las víctimas de la crisis financiera y empresarial estadounidense, que ayer sufrió una nueva baja con el cierre del banco Ameribank, la duodécima baja.

El juez James Peck aprobó el acuerdo como una medida excepcional y, para posibles interesados, detalló que su resolución no siente ningún precedente de cara al futuro.