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ANTONIO PITA-JERUSALÉN
La dimisión ayer de Ehud Olmert como primer ministro de Israel ha abierto una carrera contrarreloj para la formación de un nuevo Gobierno en la que los distintos partidos políticos ya mueven pieza para tratar de alcanzar sus objetivos y salvaguardar sus intereses. Olmert entregó anoche su carta oficial de renuncia al presidente del Estado de Israel, Simón Peres, en una reunión de una media hora en su residencia oficial en Jerusalén.

«El primer ministro me ha presentado su dimisión. No ha sido una decisión fácil y sé que para él ha sido una noche difícil», dijo Peres en rueda de prensa tras el encuentro con Olmert, a quien agradeció «sus servicios al Estado» y su «forma honorable» de abandonar el cargo.

Olmert, de 63 años, accedió a la jefatura del Gobierno en enero de 2006, a raíz del derrame cerebral que sufrió el entonces primer ministro, Ariel Sharón, y dos meses después revalidó su mandato al vencer el recién creado partido Kadima en las elecciones generales. El pasado julio se vio obligado a anunciar su dimisión tras perder apoyos en su coalición al ser investigado por varios casos de presunta corrupción.