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AGENCIAS-WASHINGTON Los países del G-20 hicieron ayer un enérgico llamamiento para evitar todo tipo de medida proteccionista y de esta forma no seguir el camino de la Gran Depresión, en la que la lógica del «sálvese quien pueda» hundió la economía mundial. En el comunicado final, los jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a no elevar las trabas al comercio y a la inversión en los próximos 12 meses. Pero la reunión dio más de sí que el comunicado final, al margen de anécdotas y situaciones imprevistas.

Lo primero que destaca de la cumbre es la improvisación, en parte provocada por el escaso margen para montar todo el dispositivo. Mirando hacia nuestro país, lo más destacado ha sido la el interés en que España siga presente en las reuniones. Brasil, que ejerce la presidencia del G-20, respaldó ayer la participación de España en la próxima cumbre prevista para antes de finales de abril, y mencionó la posibilidad de su integración formal en este Grupo.

Terminada la reunión, El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo que «seguro» que España estará en las próximas cumbres para reformar el sistema financiero internacional.

En cuanto a los temas que planearon sobre la cumbre de Washington, dos eran los motivos de discusión sin que hubiera representación en la sala de reuniones. El primero, Barack Obama, presidente electo de Estados Unidos, gran ausente del 'cónclave' de los líderes mundiales, ya que será el hombre sobre el que girarán todas las futuras cumbres.

El otro tema principal eran las Bolsas. En concreto el temor de los líderes políticos era que no se diera en Washington una respuesta acertada a la crisis y que mañana lunes los inversores provocaran otra jornada negra en los mercados financieros internacionales por consideran insuficientes las conclusiones de la reunión.

Este tema, más sesudo, iba acompañado de anécdotas más o menso significativas como que España estuvo en la mesa cuadrada con la bandera de la UE, la misma que llevó en la reunión Nicolas Sarkozy. La bandera española no estuvo presente en el cumbre y la explicación, según fuentes del Gobierno español, es que Zapatero ha incluido en su delegación al viceministro de Finanzas de la República Checa.

Por último, el retraso de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, obligó ayer a repetir la 'foto de familia'. Las imágenes de la «foto oficial» fueron retransmitidas por circuito cerrado de televisión, de forma tan rápida que apenas dio tiempo a ver quiénes estaban presentes. Y mientras los líderes estaban reunidos, miles de personas se manifestaban en la mayoría de grandes ciudades del mundo para criticar las medidas adoptadas hasta ahora para evitar la crisis, como inyectan miles de millones a los bancos y a los grandes grupos de poder económico.