TW
0

PACO G. PAZ-WASHINGTON

El presidente electo Barack Obama desveló ayer nuevos detalles del plan de estímulo para transformar la economía de EEUU, con una inversión histórica en infraestructuras que deberá remontarse a los años 50 y con el objetivo de salvar o crear «al menos» 2,5 millones de empleos. Los nuevos detalles del plan se conocen en un momento muy delicado de la economía estadounidense que, tal y como se supo el viernes, destruyó en noviembre 533.000 empleos, con lo que suman ya 1,9 millones de puestos de trabajo perdidos en lo que va de año.

El Gobierno entrante tiene sobre la mesa un ambicioso paquete de inversión pública, si bien algunos analistas han comenzado a dudar de si lo que necesita la primera potencia del mundo es un plan de estímulo, o una transformación total, con la creación de nuevos sectores económicos pujantes y la inversión en educación.

Para salir de la depresión actual en que se encuentra la economía, Obama propone un plan de acción inmediata, con un paquete de medidas de recuperación económica que descansará, como ocurrió durante la Gran Depresión, en la inversión pública. Pese a los detalles que facilitó hoy, el monto total del programa sigue siendo una incógnita. Para Bernard Baumohl, experto del Economic Outlook Group, es «crítico el lanzamiento de un plan del orden de entre 500.000 y 800.000 millones de dólares en inversiones que tengan un efecto multiplicador», explica hoy en el Wall Stret Journal.

En este sentido, propone las inversiones en infraestructuras y el traspaso de fondos a las municipalidades, dos ideas que recoge la iniciativa de Obama. Básicamente, el plan del presidente electo es salvar o generar dos millones y medio de empleos, mediante inversiones en infraestructuras, en educación y en nuevas energías.

En concreto, el equipo de Gobierno entrante quiere lanzar el programa de infraestructuras más ambicioso desde la década de los cincuenta, lo que permitirá crear puestos de trabajo en las empresas de construcción de todo el país.