Tropas israelíes cercaron e iniciaron la guerra urbana ayer la capital de Gaza y dividieron en tres partes incomunicadas la Franja, donde continuaron los enfrentamientos con milicianos de Hamás y de otros grupos armados mientras se agravaba la situación humanitaria. A primera hora de la noche, los combates más cruentos se registraban en el norte de la ciudad de Gaza, donde las milicias palestinas mantenían con armas automáticas un intenso fuego cruzado con las fuerzas israelíes, tanto de artillería como de infantería, así como se iniciaban la lucha casa por casa.
La artillería israelí continuó acercándose a Gaza capital, tomando posiciones en los barrios de las afueras de la ciudad y bombardeando duramente el norte y el este de la población, sede del poder del Gobierno «de facto» de Hamás en la Franja. Israel buscó afanosamente a milicianos de Hamás, atacando una mezquita túneles y edificios donde presuntamente había cohetes.
Las milicias palestinas, por su parte, lograron seguir lanzando cohetes contra el sur de Israel. Pese a la fuerte presencia de tropas judías en su territorio, los milicianos dispararon a lo largo de jornada más de una treintena de cohetes.
En la primera intervención pública de un alto cargo de Hamás desde que se inició la ofensiva israelí hace diez días, el dirigente líder local del movimiento islamista, Mahmud al Zahar, aseguró a través de la cadena de televisión palestina Al Aksa TV que «la resistencia ganará al final». Declaró que Israel «empezó a matar a sus niños el día en que empezó a matar a los niños palestinos». «Empezaron a bombardear sus hospitales cuando empezaron a bombardear los nuestros. Empezaron a demoler sus sinagogas cuando demolieron nuestras mezquitas. Habéis creado los medios para terminar con vosotros con vuestras propias manos», señaló Al Zahar.
Las Brigadas al Kasam, brazo armado de Hamás, aseguraron en un comunicado que guardan «muchas sorpresas» para el enemigo, entre ellas un arsenal de misiles antitanque B-29 y de un nuevo tipo de cohete denominado «Tandem», que estaría empleando contra los acorazados israelíes.
Medios israelíes señalaban ayer que cuatro soldados más habían fallecido y al menos otros siete soldados habrían resultado heridos, aunque portavoces del Ejército del Estado Judío declinaron confirmar la información. El balance de víctimas en Gaza que hacían ayer fuentes médicas oficiales palestinas ascendía a más de 530 muertos y 2.600 heridos. Ayer al menos fallecieron 23 civiles palestinos, doce de ellos niños. Otros siete miembros de una misma familia murieron cuando su vivienda en el campo de refugiados de Shati fue alcanzada por un proyectil lanzado por un barco de guerra israelí desde la costa mediterránea de Gaza.
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