Seguidores del Kadima de Livni celebran el triunfo tras darse a conocer los primeros resultados electorales. Foto: GIL COHEN MAGEN/REUTERS

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ALBERTO MASEGOSA-JERUSALÉN

El gubernamental partido centrista Kadima de Tzipi Livni ganó los comicios generales de ayer en Israel, según los sondeos a pie de urna divulgados al cierre de los colegios electorales.

De confirmarlo el computo oficial, ese resultado daría a Livni la posibilidad de intentar formar gobierno, algo en lo que, no obstante, su rival conservador, Benjamín Netanyahu del Likud, tendría mejores opciones si la líder del Kadima fracasa en el empeño.

De acuerdo con los sondeos de las cadenas televisivas Canal 1 y Canal 10, el Kadima habría obtenido 30 diputados frente a 28 del Likud, en tanto que el de la televisión Canal 2 otorga 29 al partido de Livni por los 27 que habría conseguido el de Netanyahu.

Otra encuesta, colgada en la versión digital del diario Yediot Aharonot, concede 28 escaños al Kadima y 26 al Likud.

Ninguno de estos sondeos tiene carácter oficial y habrá que esperar al escrutinio de los votos, cuyos primeros resultados parciales empezaron a divulgarse a partir de la medianoche de ayer.

De confirmarse los sondeos, la alta participación, mayor de lo previsto y que superará el 65 por ciento, habría beneficiado a Kadima.

El Likud aventajaba por un corto margen a Kadima en las encuestas previas y los expertos consideraban que sólo una alta afluencia a las urnas entre el millón de indecisos -el veinte por ciento del electorado-, permitiría al partido de Livni superar al de Netanyahu.

La victoria da a la líder de Kadima la oportunidad de intentar la formación de una nueva mayoría entre los 120 escaños del Parlamento.

Y en ese intento se perfilan decisivos la formación ultraderechista Israel Beitenu de Avigdor Leiberman y el izquierdista Partido Laborista de Ehud Barak, que los sondeos otorgan quince diputados y catorce diputados, respectivamente.

El apoyo de los laboristas no sería suficiente a Livni para formar el nuevo Ejecutivo ante la mayoría de formaciones conservadoras en el arco parlamentario, en el que la líder de Kadima tendría que contar con partidos de carácter ultra ortodoxo.

En caso de que no fructificaran sus gestiones, Livni se vería entonces obligada a recurrir a Israel Beitenu, un partido de tintes xenófobos que tendría aún peor encaje que los ultra ortodoxos en una eventual mayoría parlamentaria de centro izquierda.