La centrista Tzipi Livni y el conservador Benjamín Netanyahu comenzaron ayer los contactos para formar gobierno en Israel tras el corto margen entre ambos en los comicios del martes, una pugna con la derecha de árbitro.
Tras el recuento de votos, los probables aspirantes a primer ministro, Livni y Netanyahu, siguen compitiendo, esta vez a la caza de aliados para formar gobierno.
Con el 99% escrutado, el partido centrista Kadima que lidera Livni se coloca en primer lugar con 28 escaños de los 120 que componen el Parlamento israelí (Kneset), seguida por el derechista Likud de Netanyahu, con 27.
Aliado con los partidos de su entorno ideológico, el líder del Likud tiene posibilidades de formar una coalición de 65 diputados, mientras que Livni sólo reuniría 55, y ello si se incluyen a once diputados árabes que horas después ya le habían retirado su confianza.
Netanyahu se reunió ayer con el dirigente del partido judío ortodoxo sefardí Shas, Eli Yishai, cuya formación obtuvo 11 diputados, para analizar la posibilidad de que la formación religiosa se sume a una eventual coalición de gobierno.
Livni tampoco perdió el tiempo y se entrevistó con Avigdor Lieberman, líder de la tercera formación más votada, con 15 escaños, la ultraderechista Israel Beitenu, después de hacerlo con el dirigente del bloque pacifista Meretz, Jaim Orón, que sólo logró 3 escaños.
El partido de Lieberman, que ha despertado las simpatías de importantes sectores de la población, se reunió también para estudiar a cuál de los candidatos con más predicamento se unirá para formar gobierno.
Horas más tarde, Lieberman abría las negociaciones con el Likud en un encuentro con Netanyahu.
El Partido Laborista de Ehud Barak, que sufrió el descalabro más importante de su historia al obtener 13 diputados, ha anunciado su intención de pasar a formar parte de la oposición y no integrar ninguna coalición de gobierno.
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