El presidente estadounidense, ayer, durante su discurso en la Casa Blanca. g Foto: SHAWN THEW/EFE

TW
0
EUROPA PRESS-NUEVA YORK El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió ayer al Congreso su primer proyecto de presupuestos para el ejercicio fiscal 2010, que comenzará el 1 de octubre y prevé un gasto público de 3'5 billones de dólares (2'7 billones de euros) y el déficit más alto desde la Segunda Guerra Mundial, de 1'75 billones de dólares (1'4 billones de euros).

Entre otras cosas contempla grandes partidas presupuestarias para sectores como la energía o la sanidad que serán financiadas con subidas de impuestos a los más ricos, y 200.000 millones de dólares (156.955 millones de euros) para financiar Irak y Afganistán.

Herencia de Bush
El proyecto, recogido en el tradicional 'libro azul' de 140 páginas, fue presentado en sociedad por el director de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca, Peter Orszag, quien recordó varias veces que la Administración Obama hereda una fuerte carga del anterior gobierno de George W. Bush, aunque en todo caso subrayó que el objetivo del presidente es que el déficit federal se reduzca a la mitad al final del primer mandato de Obama, en 2012. El propio mandatario, que asegura que su proyecto es acorde a la situación de crisis que vive el país y advierte que todavía quedan decisiones difíciles por tomar, ya lo había adelantado el martes en su primer mensaje ante el Congreso, cuando aseguró que esperaba reducir la tendencia alcista del déficit público hasta el 3% del PIB en 2013. Obama ha heredado de Bush un déficit de 1'3 billones de dólares, el 9'2% del PIB, y espera reducirlo a 533.000 millones de dólares (418.193 millones de euros).

Para reducir el déficit el presidente propone recortar el gasto público en algunos sectores, sobre todo aquéllos que no sean necesarios en un intento por lograr una mayor transparencia y responsabilidad, y sobre todo aumentando los impuestos a los más de dos millones y medio de grandes ricos del país, desde quienes ganen más de 250.000 dólares (196.224 euros) anuales hasta las financieras de Wall Street y las empresas petroleras, entre otros.

Por un lado se subirán los impuestos a las grandes fortunas del país, desde el actual 35% al 39'6% a partir de 2011, y por otro se establecerán nuevas cargas fiscales para el impuesto sobre las ganancias de capital y dividendos, que pasarán del actual 15% al 20%, todo ello con el objetivo de recaudar hasta un billón de dólares (784.519 millones de euros), la primera vez que se aumenta la presión fiscal a los más ricos desde 1993.

Pero también hará falta reducir el gasto público, para lo cual el presidente estadounidense prevé revisar línea por línea los presupuestos para que cada dólar que se gaste refleje realmente las prioridades nacionales más importantes, tal como afirmó el martes en el Capitolio. De hecho, desde la Casa Blanca aseguran que con esa revisión se podrán ahorrar hasta 2 billones de dólares de aquí a 2011.