Al cumplir ayer sus cien días en el poder, el presidente de EEUU, Barack Obama, es el que más atención ha recibido de la prensa durante sus primeros tiempos y mantiene intactos los altos niveles de popularidad tiene entre la población.
Durante este período, Obama ha mostrado una gran actividad. Ha ordenado el cierre de la prisión de Guantánamo, tomado pasos para el fin gradual de la guerra en Irak y ha conseguido la aprobación de un plan de 787.000 millones de dólares para combatir la crisis económica.
Pero no sólo eso: si se incluye la de esta noche, habrá ofrecido once ruedas de prensa, tres de ellas en horario de máxima audiencia; tan sólo Bill Clinton y Harry Truman ofrecieron más, trece y catorce respectivamente, en sus cien primeros días.
Obama ha pronunciado una decena de discursos de gran alcance, entre ellos uno en Praga para proponer un mundo sin armas nucleares.
Ha mantenido ocho sesiones de preguntas y respuestas con los votantes y ha viajado en trece ocasiones, tres de ellas al extranjero (Canadá, Europa e Irak y América Latina), además de haber firmado trece leyes y 19 órdenes ejecutivas.
Desde luego, Obama parece haber entrado con fuerza en la presidencia en los momentos quizá más complicados para el país desde que lo hiciera Franklin D. Roosevelt, en plena Gran Depresión.
Pero su predecesor, George W. Bush, también quiso dejar su marca durante sus primeros cien días de mandato, cuando, entre otras cosas, rechazó el Protocolo de Kioto, aprobó recortes de impuestos por valor de 1,6 billones de dólares y presentó su ley de reforma educativa conocida como «Que Ningún Niño Quede Atrás».
Ambos lograron más cosas en sus cien primeros días que el presidente demócrata anterior, Bill Clinton, cuyo inicio de mandato rayó en lo caótico.
En sus primeros tiempos, Clinton se vio enredado en un debate con el Congreso acerca de la autorización a los homosexuales de servir en las Fuerzas Armadas, el primer atentado contra el World Trade Center en Nueva York y el sitio contra la secta davidiana en Waco (Texas). Para colmo de males, sus dos primeros candidatos a secretario de Justicia debieron renunciar por escándalo.
Al cumplir los cien días, Obama supera en popularidad a sus predecesores inmediatos. Una encuesta que publica The New York Times indica que el presidente actual cuenta con un alto índice de aprobación, del 68 por ciento, mientras que la de Bush entonces era del 56 por ciento y la de Clinton de un mero 49 por ciento.
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