El Papa, durante una ofrenda floral en el Memorial a las Víctimas del Holocausto, en Jerusalén. Foto: EFE/REUTERS

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JUAN LARA-JERUSALÉN

Benedicto XVI pidió ayer un Estado para los palestinos y «suplicó» a todas las partes implicadas que busquen una solución justa «para que los dos pueblos puedan vivir en paz en su patria, con fronteras seguras e internacionalmente reconocidas».

El Papa hizo esa «súplica» en su primer día de estancia en Jerusalén, donde dijo ante el presidente, Simón Peres, que la paz y la seguridad «se construye a través de la justicia» y reconociendo al otro «como a mi igual».

En esta jornada, el Papa honró a las víctimas del holocausto y pidió combatir el antisemitismo «donde esté, ya que por desgracia -aseguró- continúa levantando su repugnante cabeza en muchas partes de mundo».

Benedicto XVI honró a las víctimas del holocausto en el Memorial «Yad Vashem», donde se custodian las cenizas de muchos de ellos, están escritos los nombres de millones de ellos e incluye un museo histórico en el que hay colgada una foto del papa Pío XII con un polémico epígrafe en el que se le acusa de haber callado mientras millones de judíos eran conducidos a los campos de exterminio. Benedicto XVI evitó entrar en la sala polémica.

Una situación embarazosa se produjo anoche durante el encuentro interreligioso presidido por el Pontífice en el Instituto Notre Dame, de Jerusalén, cuando un jeque palestino tomó la palabra y comenzó a atacar a Israel, ante la mirada atónita del Pontífice.