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D. HAMILTON/J. HELLE-JERUSALÉN El presidente del Parlamento de Israel acusó ayer al papa Benedicto XVI, de origen alemán, de mostrar desapego por el sufrimiento judío en el Holocausto nazi, sumándose a las críticas que han marcado su gira por Tierra Santa. El Pontífice, que según un columnista de un diario israelí daba la impresión de «contenido, casi frío», rezó en el Muro de los Lamentos del judaísmo y visitó la Cúpula de la Roca del Islam, lugares santos en Jerusalén situados en el corazón del conflicto entre israelíes y palestinos.

Citando lo que llamó la participación de Benedicto XVI cuando era adolescente en las Juventudes Hitlerianas y el servicio militar alemán, el presidente de la Knesset, Reuven Rivlin, recriminó al Papa sus comentarios del lunes en el memorial Yad Vashem levantado para recordar a los seis millones de judíos asesinados en el Holocausto nazi.

«Vino y nos habló como si fuera un historiador, alguien que mirara desde fuera, sobre algo que no debería haber sucedido. ¿Y qué se puede hacer? Formó parte de ellos», declaró Rivlin.

En la ceremonia de Yad Vashem, el Papa habló de la «horrorosa tragedia de la Shoah», el término hebreo para el Holocausto, pero decepcionó a algunos líderes religiosos judíos, que dijeron que debía haber pedido perdón como alemán y como cristiano por el genocidio. Consultado sobre las críticas, el reverendo Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, dijo que el Pontífice había abordado la cuestión de su nacionalidad muchas veces en el pasado.