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EUROPA PRESS-LONDRES El escándalo de los gastos reclamados por la clase política británica se centró ayer en el asesoramiento en contabilidad para uso personal reclamado por nueve ministros del Gobierno de Gordon Brown, incluido el del Tesoro, Alistair Darling, quien no obstante habría recurrido a estos servicios para asegurarse de que estaba cumpliendo con sus obligaciones fiscales.

En la serie iniciada el pasado 8 de mayo, el diario Daily Telegraph revisa las demandas presentadas por nueve integrantes del Ejecutivo en materia impositiva, si bien el Partido Laborista ya ha recalcado que las reclamaciones están incluidas en la normativa parlamentaria.

Entre los que recurrieron a ellas figura desde la titular de Interior, Jacqui Smith; a la de Comunidades, Hazel Blears, profundamente cuestionada como consecuencia de esta polémica; o el ministro de Exteriores, David Miliband; quienes emplearon un total de 11.000 libras (12.500 euros) para pagar servicios de asesoramiento en contabilidad.

En el caso de Darling, el total fueron 1.400 libras (1.600 euros) en dos años, que, según él, se emplearon con el objetivo de «asegurar que se pagaba la cantidad correcta de impuestos» en relación a sus responsabilidades en el Ejecutivo. No obstante, hay otros casos como el de la 'número dos' del Partido Laborista, Harriet Harman, quien habría empleado 10.000 libras de dinero público para remunerar el trabajo que realizó para ella una experta consultora de medios de comunicación.