Imagen de la planta de Opel en la ciudad alemana de Kaiserslautern. Foto: JOHANNES EISELE/REUTERS

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OTR/PRESS-NUEVA YORK

Los principales acreedores del grupo estadounidense General Motors aceptaron ayer una nueva propuesta de canje de deuda formulada por el Departamento del Tesoro, lo que supone un paso clave en la viabilidad de la compañía, si bien aboca previsiblemente a un proceso de tutela judicial. De este modo, la propuesta del Gobierno, aunque no evita la suspensión de pagos del fabricante, facilita una salida rápida

El Tesoro estaría dispuesto a constituir una nueva compañía que asumiría la mayor parte de los activos de la actual y en la que también participarían los trabajadores del grupo y los acreedores. Según informó GM en una comunicación remitida al regular estadounidense Securities and Exchange Comission (SEC), la nueva empresa estaría participada en un 72,5% por el Departamento del Tesoro de EEUU, mientras que el 17,5% de las acciones correspondería a un fondo de los trabajadores y el 10% restante iría a parar a los acreedores.

«La puesta en marcha de esta propuesta podría resultar en una nueva General Motors con un balance económico saneado y situando la nueva compañía en una senda de viabilidad a largo plazo y de éxito», explicó.

Este ofrecimiento se produce después de que un grupo formado por los principales acreedores de la empresa, que acumulan un 20% de la deuda, aceptasen la oferta de convertir la deuda no asegurada de 27.200 millones de dólares (19.568 millones de euros) a cambio de hacerse con un 10% del capital de General Motors.

Además, los acreedores mantendrían una opción para ampliar su participación en el consorcio automovilístico hasta alcanzar el 15% del capital total, a cambio de que apoyen la venta de activos de la compañía a una nueva empresa que se formaría bajo protección judicial.