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EFE-RAMALA La tensión entre Hamás y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) alcanzó ayer niveles desconocidos desde hace meses tras un enfrentamiento armado que ha dejado seis muertos en la ciudad cisjordana de Kalkilia.

Hamás calificó el tiroteo, en el que murieron dos milicianos de su brazo armado -las Brigadas Ezedín Al Kasam- de «una conspiración de la ANP e Israel para acabar con la resistencia y erradicar a Hamás» en Cisjordania y amenazó con romper el diálogo de reconciliación palestina que se lleva a cabo con mediación egipcia.

«Estamos estudiando suspender nuestra participación en el diálogo de El Cairo», dijo ayer Salah Al Bardarwil, un portavoz del movimiento islamista. El presidente de la ANP, Mahmud Abás, advirtió tras el violento incidente (en el que murieron además de los milicianos de Hamás tres policías palestinos y un civil) que su aparato de seguridad «golpeará con puño de hierro a cualquiera que trate de perturbar la estabilidad en Cisjordania».

Mientras en la franja de Gaza miles de seguidores de Hamás se manifestaban para protestar contra el suceso, Abás pedía en Cisjordania a los palestinos que «permanezcan unidos».

El incidente, que se inició poco después de la medianoche de ayer, es uno de los más sangrientos desde los seis días de enfrentamientos en junio de 2007 que dieron a Hamás el control de la franja de Gaza y dejaron atrás un centenar de muertos.

Según el portavoz de la seguridad palestina en Cisjordania, Adnan al-Dameiri, los milicianos atacaron a una patrulla de policía que hacía la ronda nocturna y escaparon a un edificio desde el que «les lanzaron granadas y explosivos». El intercambio de fuego se prolongó durante varias horas.