En un editorial del diario oficial New Light of Myanmar, que el régimen emplea para difundir sus mensajes, se indica que «un partido está intentando engañar» a los votantes, en alusión a la ya disuelta Liga Nacional por la Democracia (LND) de Suu Kyi.
La misma fuerza política, prosigue el artículo, está persuadiendo al electorado «para que proteste boicoteando los comicios» previstos para el 7 de noviembre, según el rotativo disidente The Irrawaddy.
El periódico oficial recuerda a la población que está terminantemente prohibida cualquier actividad que pueda dificultar la celebración de la votación, un delito castigado con una pena máxima de un año de prisión y una multa de algo más de cien dólares.
Comicios
Birmania es una dictadura militar desde 1962 y no celebra elecciones desde 1990, cuando los uniformados se negaron a acatar la abrumadora victoria en las urnas de la LND, encabezada por Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde 2003.
Hace varios meses, el principal partido de la oposición birmana decidió no presentarse a las elecciones porque el régimen impide ser candidatos a los presos políticos.
Los comicios son vistos por el movimiento pro democracia como una farsa que únicamente persigue mantener en el poder a los generales, cuyos intereses defenderán al menos siete partidos vinculados a la Junta Militar.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han advertido a las autoridades birmanas de que no aceptarán el resultado si la llamada a las urnas no transcurre de manera libre y transparente.
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