Las instrucciones a los soldados en Irak incluían vejaciones y la privación sensorial durante los interrogatorios. | Efe

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Los métodos de interrogatorio que enseñan en el Ejército británico incluyen técnicas que pueden constituir una clara violación de las convenciones de Ginebra.

Así lo informaba ayer el diario The Guardian , según el cual los manuales que se manejan en esos cursos indican a quienes practican los interrogatorios que deben provocar humillación, desorientación, inseguridad, agotamiento, ansiedad y temor en los prisioneros y exponen la forma de conseguirlo.

Una de las técnicas recomendadas desde 2005 consiste en desnudar a los prisioneros antes de interrogarlos y mantenerlos en ese estado si se niegan a obedecer las órdenes de los militares mientras que otro texto aconseja vendarles los ojos.

Otras instrucciones más recientes indican que las vendas para los ojos, los tapones en los oídos y las esposas para maniatar a los presos son instrumentos esenciales en los interrogatorios militares y señala que a los prisioneros sólo deben permitírseles cuatro horas de sueño ininterrumpido aunque puedan descansar hasta ocho horas al día.

Las convenciones de Ginebra sobre el trato que debe dispensarse a los prisioneros de guerra prohíben toda «coerción física o moral» y en particular las destinadas a obtener informaciones.

Todo el material secreto para el entrenamiento de las tropas británicas en técnicas de interrogación data de después de la muerte de Baha Mousa, recepcionista de un hotel iraquí torturado y muerto por las tropas británicas en Basora en septiembre de 2003.

Homicidio de civiles

El mes pasado, The Guardian informó de que militares británicos podrían tener responsabilidad en el homicidio de civiles iraquíes además de Mousa.

Entre las víctimas figuraba un hombre que murió supuestamente de las patadas que le propinaron a bordo de un helicóptero de la Royal Air Froce.

El mes próximo, un grupo de abogados que representan a más de un centenar de iraquíes detenidos e interrogados por las fuerzas británicas entre marzo de 2003 y abril de 2007 argüirán que hay pruebas muy fidedignas de que fueron objeto de torturas sistemáticas.