«La modernización del Ejército chino y el aumento de su actividad supone, junto con la falta de transparencia, una cuestión preocupante», critica el portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano.
China, que prefiere calificar su incremento presupuestario como un «aumento pacífico», mantiene un conflicto territorial con Japón sobre un archipiélago del mar Amarillo que se suma a los sempiternos roces con Taiwán por sus ambiciones independentistas.
A nivel doméstico, Pekín asegura que este aumento no entrará en conflicto con su política económica interna de crecimiento. «El Gobierno siempre ha intentado limitar el gasto total, y este incremento se entiende como razonable», según el portavoz de la sesión anual de la Legislatura china, Li Zhaoxing.
Integridad nacional
Li, antiguo ministro de Defensa, pidió que este aumento de fondos no sea entendido como una amenaza regional y garantizó que la capacidad militar del país es «limitada» y tiene un doble objetivo, «salvaguardar la soberanía nacional del país y su integridad»
«China está comprometida con el desarrollo pacífico, así como con una política de defensa nacional cuya naturaleza sea eminentemente pacífica», añadió.
Los analistas consultados por The Guardian todavía no se han decidido sobre la naturaleza exacta de las intenciones militares de China, pero coinciden en el peligro que representa un incremento de esta naturaleza, que podría hacer estallar una nueva carrera armamentística en el sureste asiático
Pekín asegura que no hay nada que temer: no sólo su gasto en Defensa es nimio, en comparación con los 395.000 millones de euros que Estados Unidos planea invertir en su presupuesto defensivo de 2012, sino que recuerdan que Pekín es uno de los principales contribuyentes a las misiones de paz de Naciones Unidas en todo el mundo.
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