El presidente francés Nicolás Sarkozy junto a la cancillera alemana Angela Merkel. | Reuters

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Los líderes europeos dieron ayer un salto adelante en la consolidación fiscal de la eurozona con el que esperan devolver la confianza en la deuda soberana, tras haber reforzado sus fondos de rescate y zanjado la opción de que los inversores privados puedan participar en reestructuraciones. Los acuerdos, que se negociarán país por país, siguen el dictado trazado por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy. El pacto se logra aislando a Reino Unido, único Estado que rechazó de plano el pacto de austeridad.

Otro de los elementos para contribuir a la confianza es la combinación de los fondos de rescate temporal y el permanente durante un año para crear un verdadero cortafuegos contra la crisis. Los líderes europeos acordaron adelantar la entrada en vigor del fondo permanente de rescate (MEDE) a julio de 2012 y mantener a la vez el fondo temporal (FEEF) hasta mediados de 2013, con lo que ambos instrumentos se solaparían durante aproximadamente un año.

El FEEF cuenta con una capacidad de intervención de 250.000 millones de euros si se descuentan los 190.000 millones que ya han sido comprometidos para sufragar los gastos de los rescates a Grecia, Portugal e Irlanda. El MEDE, por su parte, tiene una capacidad de intervención de 500.000 millones de euros, monto que será revisado en marzo de 2012. A todo esto Merkel fue inflexible con la implantación de los eurobonos, que su implantación queda aplazada «sine die».

Déficit

El Consejo Europeo cerró también un acuerdo sobre disciplina fiscal, que obliga a fijar en las constituciones nacionales un límite al déficit estructural anual del 0,5% del PIB, así como para imponer de forma más inmediata sanciones a países incumplidores de los objetivos de déficit y deuda.

Todo esto se ha conseguido a pesar de tener que aceptar una división para poder adoptar las nuevas normas sobre disciplina presupuestaria de la zona euro, ante la negativa de Londres a participar con un tratado de toda la UE.