El papa Benedicto XVI (c) agradece a los fieles su asistencia tras oficiar una misa en el ámbito del VII Encuentro Mundial de las Familias. | Efe

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El papa denunció que la lógica del máximo beneficio sólo propicia más pobreza en la familia y pidió que se armonice el trabajo y las exigencias familiares para construir una sociedad de rostro humano.

Benedicto XVI hizo estas manifestaciones ante más de un millón de personas -según confirmó el portavoz vaticano, Federico Lombardi- procedentes de 153 países, entre ellos España y todos los latinoamericanos, que asistieron en Milán (norte de Italia) a la misa con la que clausuró el VII Encuentro Mundial de las Familias católicas.

El lema de este encuentro fue «La familia, el trabajo y la fiesta» y el papa Ratzinger afirmó que son tres dimensiones de la existencia humana que han de encontrar un equilibrio armónico.

«Armonizar el tiempo del trabajo y las exigencias de la familia, la profesión y la maternidad, el trabajo y la fiesta, es importante para construir una sociedad de rostro humano», afirmó el papa, que exhortó a que se privilegie la lógica del ser respecto a la del tener, «ya que la primera construye y la segunda termina por destruir».

El papa reiteró una vez más que familia es «la fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer» para seguir el mandato de Dios de «crecer y multiplicaos».

«Dios creó el ser humano hombre y mujer, con la misma dignidad, pero también con características propias y complementarias, para que los dos fueran un don el uno para el otro, se valoraran recíprocamente y realizaran una comunidad de amor y de vida», subrayó.

Durante la misa, que fue transmitida en directo por el Centro Televisivo Vaticano CTV, el Papa invitó a los matrimonios a la procreación «generosa y responsable» y pidió que la sociedad apoye y sostenga a las familias.

En esa línea, denunció que en las modernas teorías económicas prevalece una concepción utilitarista del trabajo, la producción y el mercado, pero que la búsqueda del máximo beneficio no contribuye a edificar una sociedad más justa, sino que propicia más desigualdades y pobreza en la familia.

«No es la lógica unilateral del provecho propio y del máximo beneficio lo que contribuye a un desarrollo armónico, al bien de la familia y a edificar una sociedad más justa, ya que supone una competencia exasperada, fuertes desigualdades, degradación del medio ambiente, carrera consumista y pobreza en las familias», afirmó.

En su defensa de la familia, Benedicto XVI señaló también que la vida familiar es la primera e insustituible escuela de virtudes sociales, «como el respeto de las personas, la gratuidad, la confianza, la responsabilidad, la solidaridad, la cooperación».

El papa Ratzinger exhortó a los esposos a cuidad de los hijos «en un mundo dominado por la técnica» y a transmitirles «con serenidad y confianza, razones para vivir, la fuerza de la fe, planteándoles metas altas y sosteniéndolos en las debilidades».

A los hijos les pidió que mantengan siempre una relación de afecto profundo hacia los padre y entre los hermanos.
El Pontífice se refirió también a las parejas separadas y divorciadas y dijo que el Papa y la Iglesia les «sostienen» y abogó para que las diócesis pongan en marcha iniciativas de «acogida y cercanía» para esos católicos divorciados que no pueden comulgar.

En la vigilia que se celebró la noche del sábado en ese mismo lugar, el matrimonio brasileño formado por María Marta y Manoel Angelo Arauj le preguntó al papa sobre los casos de católicos divorciados y el que no puedan acceder al sacramento de la eucaristía.

Benedicto XVI pidió que se ayude esas personas a soportar el sufrimiento y les aseguró que la Iglesia les ama y no están fuera de ella aunque no puedan comulgar.

En esa misma vigilia dijo que frente a la crisis económica actual los partidos políticos deberían ser más responsables y «no prometer cosas que no pueden cumplir», y que deben tener en cuenta que la política es «responsabilidad moral ante Dios y los hombres».

Benedicto XVI reivindicó hoy el descanso dominical, señalando que el hombre, en cuanto imagen de Dios, está llamado al descanso y a la fiesta y que el domingo es el día del hombre y de sus valores, de la familia y el de la participación en la Misa.

«Queridas familias, a pesar del ritmo frenético de nuestra época, no perdáis el sentido del día del Señor. Es como el oasis en el que detenerse para saborear la alegría del encuentro y calmar nuestra sed de Dios», señaló.

A la misa asistieron 60 cardenales, 300 obispos y un millar de sacerdotes. También participó el primer ministro italiano, Mario Monti.

Concluida, el papa anunció que el próximo Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en el año 2015 en Filadelfia (EEUU).