Barack Obama admite que el tema de los impuestos será esencial en las elecciones. | Jason Reed (Reuters)

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El presidente de EEUU, Barack Obama, pidió ayer una prórroga de los recortes impositivos para la clase media y excluir de ella a los más ricos, una medida que busca equidad fiscal y reactivar la economía pero destinada a morir en el Congreso por el rechazo de los republicanos.

La propuesta de Obama no es nueva, pero el presidente ha querido ponerla otra vez de relieve como ejemplo de las «diferentes visiones» de país que tienen él, candidato demócrata a la reelección, y el que será su rival republicano en noviembre, Mitt Romney.

Rehenes

«No podemos mantener a la mayoría de los estadounidenses y a nuestra economía de rehenes mientras debatimos los méritos de otro recorte de impuestos para los más ricos», subrayó Obama en una comparecencia en la Sala Este de la Casa Blanca.

La propuesta de Obama es que los recortes de impuestos aprobados durante el Gobierno de su antecesor, George W. Bush, y que vencen en diciembre se prorroguen por un año, pero solamente para las familias que ganan menos de 250.000 dólares anuales, porque la «prosperidad» del país depende de una «clase media fuerte».

«Estoy pidiendo al Congreso que extienda los recortes impositivos para el 98 por ciento de los estadounidenses que ganan 250.000 dólares o menos», precisó el mandatario en su comparecencia.

En este momento «nuestra máxima prioridad tiene que ser dar a las familias de clase media y a las pequeñas empresas lo que merecen», destacó Obama, quien anotó que su plan no tiene nada de «radical» y espera que, por tanto, salga adelante en el Congreso.