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El presidente de EEUU, Barack Obama, aseguró ayer que «se hará justicia» por la muerte del embajador en Libia, Chris Stevens, y que su Gobierno trabajará con el de Trípoli para procesar a los culpables del ataque, en el que murieron otros tres norteamericanos.

Unos 50 marines estadounidenses partieron ayer mismo hacia Libia para reforzar la seguridad en las instalaciones diplomáticas de EEUU en el país. Se trata de un grupo de las fuerzas armadas estadounidenses preparado para este tipo de ataques.

«Trabajaremos con el Gobierno libio para llevar ante la Justicia a los asesinos que atacaron a nuestros diplomáticos», dijo Obama en una declaración efectuada desde la Casa Blanca junto a la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

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«Indignante y horrible»

«Que no haya lugar a dudas: se hará justicia», añadió el mandatario, quien condenó «en los términos más fuertes posibles» el «indignante y horrible» ataque al consulado de Bengasi, que costó la vida a Stevens y a otros tres estadounidenses de la legación, entre ellos el diplomático Sean Smith, encargado de Información.

Refiriéndose al motivo de los ataques, un vídeo de un productor independiente californiano que se mofa de la fe musulmana, Obama subrayó que «no hay absolutamente ninguna justificación para este tipo de violencia sin sentido. Ninguna», subrayó.

«El mundo debe unirse en la condena de estos ataques». El presidente subrayó que «ningún acto de terror» hará que Estados Unidos «se rinda en su compromiso con la justicia». Asimismo, calificó de «ejemplo» a Stevens, el primer embajador estadounidense que muere en su puesto desde 1979, que falleció «en la ciudad que ayudó a salvar» durante las revueltas populares contra el fallecido dictador Muamar el Gadafi.