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Al menos trece personas murieron ayer y 29 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba en el barrio de mayoría cristiana de Bab Toma, en el casco histórico de Damasco, informaron fuentes oficiales. Las fuentes señalaron que la explosión del artefacto se produjo cerca de una comisaría de Policía en este distrito, cuyos accesos fueron cerrados por las fuerzas de seguridad tras el ataque.

La cadena de televisión gubernamental aseguró que se trata de un «atentado terrorista». El canal mostró imágenes del vehículo con el que se perpetró el ataque completamente carbonizado y de otros coches aparcados en los alrededores que sufrieron daños materiales. Este atentado coincide con la presencia en la capital siria del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Lajdar Brahimi, que se entrevistó con el presidente Bachar al Asad.

Tregua

Brahimi visita Siria para plantear a las partes del conflicto su propuesta de tregua durante la fiesta musulmana del Sacrificio, que comenzará el próximo viernes. La crisis que vive este país desde marzo de 2011 ha causado hasta la fecha unos 25.000 muertos, mientras que unos 2,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y más de 250.000 se han refugiado en países vecinos, según Naciones Unidas.

El presidente Asad ha planteado como condición previa de cualquier diálogo político lo que ha denominado el «fin del terrorismo», en referencia a la actividad armada de los grupos de la oposición.

En concreto, Al Asad ha manifestado que Siria apoya las iniciativas del enviado especial de la ONU. Siria «está abierta a cualquier propuesta sincera que busque una solución política a la crisis, sobre la base del respeto a la soberanía de Siria y el rechazo a la injerencia extranjera», ha indicado Al Asad, según la agencia oficial siria, SANA.