En un discurso corto, de unos 20 minutos, centrado en la defensa de la libertad y la igualdad, dos de los valores de los padres fundadores de Estados Unidos, Obama juró su cargo para su segundo mandato frente al Capitolio y ante cientos de miles de personas.
El presidente subrayó que el compromiso es más efectivo en las relaciones internacionales que «las sospechas y el miedo».
«Apoyaremos la democracia de Asia a África, de las Américas al Medio Oriente», dijo Obama, al afirmar que EE.UU. tiene la obligación «de actuar en nombre de los que anhelan la libertad».
Añadió que su país «seguirá siendo el ancla de alianzas fuertes en todos los rincones del mundo», y que ampliará «su capacidad para gestionar las crisis en el extranjero».
«Vamos a defender a nuestro pueblo y defender nuestros valores a través de la fuerza de nuestros brazos y del imperio de la ley», afirmó.
Además, dijo que Estados Unidos debe ser «una fuente de esperanza» para los pobres, los enfermos, los marginados y las víctimas de los prejuicios.
Según Obama, la paz hoy en día requiere del «constante avance» de principios comunes como la tolerancia y las oportunidades, la dignidad humana y la justicia.
«Nosotros, el pueblo, seguimos creyendo que la seguridad y la paz duraderas no requieren de una guerra perpetua», destacó el presidente.
Además, Barack Obama dijo que EE.UU. tiene que encontrar la forma de dar la «bienvenida» a los inmigrantes luchadores que buscan oportunidades.
Agregó que el viaje que iniciaron los fundadores de este país no concluirá «hasta que encontremos mejor forma de dar la bienvenida a los que luchan, los inmigrantes que aún ven EE.UU. como una tierra de oportunidades».
Obama mencionó la inmigración entre los temas pendientes de la presente generación así como el matrimonio homosexual y el control de las armas.
«Nuestro viaje no estará completo hasta que nuestros hermanos y hermanas gays sean tratados igual que cualquier otro por la ley», dijo el mandatario.
También mencionó la pequeña localidad de Newtown (Connecticut), donde el pasado 14 de diciembre fueron asesinados 20 niños y 6 maestros en un tiroteo que ha avivado el debate sobre el control de la venta y tenencia de armas de fuego.
«Nuestro viaje no estará completo hasta que nuestros niños, desde las calles de Detroit hasta las montañas de los Apalaches, a las tranquilas calles de Newtown, sepan que están cuidados, y siempre a salvo de cualquier daño», manifestó.
Además, Obama se refirió a la «amenaza del cambio climático» al subrayar que no abordar este problema sería una «traición a nuestros hijos y a las generaciones futuras».
«Como pueblo todavía creemos que nuestras obligaciones como estadounidenses no son sólo hacia nosotros mismos, sino con la posteridad», expuso.
El presidente insistió en que «algunos todavía pueden negar las pruebas abrumadoras de la ciencia» pero nadie puede escapar «al impacto devastador» de fuegos, sequías y tormentas cada vez más poderosas.
«El camino hacia nuevas fuentes de energía será largo y a veces difícil, pero Estados Unidos no puede resistirse a esta transición, debemos liderarla», dijo Obama.
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