Durante el fin de semana «la situación se normalizará», prometió el portavoz del Gobierno, Simos Kedikoglu, quien defendió la decisión de «aplicar la ley» con medidas forzosas, a la vista de que los sindicatos optaron por «hacer caso omiso» a una sentencia judicial. Con ello, Kedikoglu aludió al decreto de un tribunal de Atenas de declarar ilegal esta huelga, en la que no se habían garantizado los servicios mínimos.
En la madrugada, un fuerte dispositivo de agentes antidisturbios desalojó las cocheras del metro, donde se había atrincherado en torno a un centenar de huelguistas. De acuerdo a los medios griegos, al menos dos personas fueron detenidas durante esta operación, duramente criticada no solo por los trabajadores sino también por la oposición de izquierdas.
Anticonstitucional
El principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, acusó al Ejecutivo de haber violado la Constitución al no respetar «la prohibición de todo trabajo forzoso».
El Gobierno dirigido por el conservador Andonis Samarás, sin embargo, justificó esta medida extraordinaria por el «grave daño» que el paro del metro estaba infligiendo a la población y a la economía del país.
Para ello recurrió a un decreto ley que permite la aplicación de medidas forzosas en «situaciones repentinas que obstruyan o perturben la vida económica y social del país».
En torno al sesenta por ciento de los 2.500 trabajadores del metro que debían recibir una orden de movilización forzosa la había recibido hasta el mediodía. El incumplimiento de esta orden no solo puede implicar el despido sino también penas de hasta tres meses de cárcel.
La huelga fue convocada en protesta contra los planes del Gobierno de crear un único sistema salarial en todo el sector público.
2 comentarios
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Acabose la fiesta. Ahora toca la resaca y a pagar facturas. Hemos perdido la posibilidad de tener lo que nunca tuvimos: un crecimiento sostenible. Los políticos al ser "examinados" cada 4 años hacen políticas cortoplacistas que casi siempre nos perjudicarán a medio-largo plazo; los bancos repartían dinero como si de confeti se tratara, no podía acabar bien y encima les salvamos del cierre; los especuladores y muchos grandes empresarios aprovechan tanto el crecimiento desmedido de la economía como de las recesiones inevitables que vienen luego para enriquecerse aún más. Es hora de cambiar el sistema. El capitalismo nos está perjudicando. Es hora de pasar a la tercera vía.
Feina feta a la força per decret llei, el mateix que varen fer aqui amb els controladors, i crec que es i era una prova, per part dels politics a veure si funcionava, i aixi treure qualsevol dret a els treballadors. Amb un decret llei en ses mans, ens poden putejar com volen.