La llegada de Angela Merkel a Atenas dispara la tensión en Grecia

El jefe de la Dirección de Policía de Ática, la región que comprende Atenas, anunció ayer la prohibición de realizar marchas y mítines en las principales calles y plazas del centro de la capital por «razones de seguridad pública» desde las once y media de la mañana a las nueve y media de la noche.

El principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, y el Frente de Izquierda Anticapitalista, Antarsya, han convocado hoy protestas contra la visita de la canciller en la céntrica plaza Klathmonos, que no se encuentra en el perímetro prohibido. Syriza afirmó que el objetivo de la visita es «apoyar al Gobierno de Samarás y Venizelos en vista de las elecciones».

Además, la colocación en la madrugada de ayer de un coche bomba a las puertas del Banco de Grecia, en el centro de Atenas, que no ha causado víctimas, pero sí cuantiosos daños materiales, ha provocado que las medidas de seguridad se intensifiquen de cara a la visita de la dirigente alemana.

La deuda

Mientras, cuatro años después de que se le cerrasen las puertas de los mercados internacionales, Grecia regresó ayer con una emisión de bonos con un vencimiento a 5 años por valor de 3.000 millones de euros, que logró colocar a un interés del 4,75 %.

«Esta es la confirmación oficial, formal y tangible de que Grecia pasa página. Grecia vuelve a la normalidad. Volvemos a ser soberanos», proclamó en tono triunfal el viceprimer ministro heleno, Evángelos Venizelos.

La expectación con que ha sido acogida la vuelta de Grecia a los mercados favoreció una enorme demanda -ocho veces la oferta inicial de 2.500 euros-, en su amplia mayoría «inversores institucionales extranjeros» que, de acuerdo con lo señalado por el Ministerio de Finanzas, se caracterizan por «tener un horizonte de inversión a largo plazo y de la mas alta calidad».