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A un día de que expire la tregua, el sureste de Ucrania, sumido en combates entre los separatistas prorrusos y el Ejército ucraniano, se prepara para una nueva escalada de tensión.

«Mañana, después de que termine ese régimen (del cese el fuego) ya podemos esperar un aumento de las acciones militares por parte del Ejército», afirmó hoy el líder de la autoproclamada república popular de Lugansk, Valeri Bolótov.

Añadió que se ha observado una concentración de tropas, armas y municiones en la región, escenario de la sublevación prorrusa.

Al mismo tiempo, aseguró que los insurgentes tienen controlada la situación y están dispuestos a repeler cualquier ataque.

Por otro lado, las autoridades de Slaviansk, en la región de Donetsk, afirmaron hoy que las tropas ametrallaron algunos barrios de la ciudad, abriendo causado víctimas humanas.

«En el curso del día, durante los disparos, algunos proyectiles alcanzaron el mercado de la ciudad, hay muertos y heridos», aseguró un portavoz de la administración local a la agencia rusa RIA-Nóvosti, sin especificar su número.

La fuente agregó que en aquellos ataques fueron dañados varios edificios residenciales de las localidades de Sobachevka y Artiom y que los insurgentes abrieron fuego de respuesta contra las unidades del Ejército ubicadas en el monte Karachún.

Pese a la prórroga de la tregua declarada por Kiev y que fue saludada por buena parte de la comunidad internacional, los combates en realidad no han cesado, según numerosos testimonios de ambos bandos que no han dejado de acusarse de violar el alto el fuego desde su inicio.

Sólo en la últimas 24 horas, cinco militares han muerto y al menos otros doce resultaron heridos, según informó el servicio de prensa de la «operación antiterrorista» lanzada por las autoridades de Kiev.

«Los guerrilleros dispararon con morteros en varias ocasiones contra un puesto de control cerca de Slaviansk. Como resultado, murieron tres militares y otros cuatro fueron heridos», dijo el portavoz de la operación, Alexéi Dmitrashkovski, al Canal 5.

La misma fuente agregó que más tarde una columna de abastecimiento fue atacada en la región de Lugansk por un grupo de insurgentes que mataron a dos militares e hirieron a ocho.

Anteriormente, el coordinador del grupo ucraniano Resistencia Informativa, Dmitri Timchuk, informó de que «en dos ocasiones fue ametrallado el aeródromo de Kramatorsk. El fuego fue abierto desde el cementerio y la parte norte de la ciudad».

Además, denunció nuevos ataques de los separatistas contra un puesto de control militar ubicado en el cruce de las carreteras de Slaviansk y Krasni Limán.

También «fue atacado con un lanzagranadas un punto de control del Ejército cerca del puesto fronterizo de Biriukovo», escribió el activista, quien añadió que no hubo bajas mortales entre los militares.

El «ministro de Defensa» de la autoproclamada república popular de Donetsk, Ígor Strelkov, aseguró el sábado que los separatistas no obedecerán el alto el fuego hasta que el Ejército se retire de sus posiciones actuales a una distancia de 10 kilómetros y dejen de traer armas y municiones a la zona de los combates.

Kiev y los separatistas prorrusos se dieron el viernes otras 72 horas de tregua para tratar de evitar más muertes en un conflicto armado que ya se ha llevado cientos de vidas en el sureste del país.

Sin embargo, aún no hay visos de solución del conflicto y por otro lado crece el número de los refugiados que huyen del territorio ucraniano a la vecina Rusia, según las autoridades rusas.

A medida que se aproxime el final de la tregua, son cada vez más fuertes los llamamientos en Kiev de imponer el estado de guerra en las regiones surorientales.

Así lo demandaron hoy centenares de activistas del Maidán, la plaza de la Independencia de Kiev, escenario de la revolución ucraniana.

Las autoridades ucranianas prometieron en varias ocasiones una «respuesta dura» a los separatistas si no aceptan las exigencias de Kiev: deponer las armas y abandonar el país si así lo desean.