En un comunicado, el CICR denunció que pese a intensos esfuerzos y repetidos contactos con «ambos bandos» durante la última semana, no ha sido aún posible llevar el personal y material sanitario necesario en la zona.
«Pedimos urgentemente que paren la batalla para permitir a las familias de las áreas más afectadas, como Adén (sur), aventurarse a salir para obtener comida y agua, o buscar cuidados médicos», señaló en la nota el director de las operaciones del CICR en Oriente Próximo y Medio, Robert Mardini.
Los hospitales y las clínicas que tratan a los heridos se están quedando sin medicinas y equipamiento, añade el comunicado.
El CICR se mostró preparado para enviar urgentemente «48 toneladas de medicinas y lotes de cirugía, suficientes para tratar a entre 2.000 y 3.000 personas», además de «tiendas de campaña, generadores y suministros para reparar la dañada red de agua».
En su trabajo sobre el terreno, tres miembros de la Media Luna Roja han perdido la vida en la última semana como consecuencia «de ataques cuando acudían a la ayuda de gente que había sido herida en los combates», agrega el comunicado.
«Este sangriento patrón», que según la organización causa decenas de muertos y heridos todos los días en el país, «debe parar inmediatamente».
Una coalición de países árabes lanzó hace más de una semana una operación militar para intentar frenar el avance de los rebeldes hutíes hacia la ciudad de Adén, donde había reubicado su sede el presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, antes de refugiarse en Riad y tras huir de Saná, controlada por los rebeldes.
Los hutíes, que controlan el norte del país y parte del sur, tienen su principal bastión en la montañosa provincia de Saada - fronteriza con Arabia Saudí -, y mantienen intensos combates con milicianos leales a Hadi en Adén.
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