Las tasas de abandono escolar están aumentando como consecuencia de la sequía, los niños y niñas están perdiendo más de tres días de colegio a la semana para ayudar a sus familias a recoger agua en puntos muy distantes, cuidar de sus hermanos y hermanas pequeños, mientras sus madres van a recoger agua o en la huida a zonas remotas en busca de agua, según relata la ONG. | Twitter

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Más de 4.000 niños y niñas mueren al día por la falta de acceso a agua potable que provoca enfermedades como la diarrea, el cólera, la disentería y el tifus, según alerta la organización de cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria Plan International, con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebra este martes, 22 de marzo.

En este sentido, Plan International recuerda que alrededor de 663 millones de personas carecen de acceso a agua y añade que es un derecho y un servicio básico recogido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que buscan lograr el acceso universal y equitativo al agua potable, a un precio asequible, para 2030.

Asimismo, la organización denuncia que las mujeres y las niñas, por norma general, son las encargadas de recoger el agua para así abastecer a sus familias, lo que en muchas ocasiones las aparta de la educación y de la actividad económica. En zonas de Africa y Asia, las mujeres y niñas caminan 6 kilómetros de media al día cargando con bidones de agua de más de 20 kilos de peso; y, cada día, mujeres y niñas de todo el mundo pasan 125 millones de horas recogiendo y portando agua.

La directora general de Plan Internacional, Concha López, ha declarado que «el acceso al agua potable en una comunidad mejora de manera decisiva aspectos como la educación y la igualdad de género». «Contar con un punto de agua cercano al hogar mejora los índices de asistencia al escolar, lo que además contribuye al cumplimiento de otro Objetivo de Desarrollo Sostenible, garantizar que todas las niñas y niños terminen la enseñanza primaria y secundaria», ha remachado.

En relación con el impacto del fenómeno 'El Niño', la ONG ha explicado que ha provocado «graves» sequías en la región del Cuerno de Africa, agravando la situación para miles de familias que se encuentran en situación de emergencia y no disponen de alimento ni acceso al agua potable. En Etiopía, la falta de las lluvias en las estaciones de primavera y verano ha provocado que entorno a 5,8 millones de personas necesitan suministros de agua con emergencia.

Es el caso de Semira, de 20 años. Casada y con un hijo, vive en un distrito en el que más de 41.000 personas necesitan ayuda de emergencia. «No tenemos nada que comer, dependemos de la ayuda alimentaria y nuestro ganado también. Además, tenemos que caminar cuatro horas para conseguir algo de agua para beber», explica.

Aumento del abandono escolar

Por otra parte, también como consecuencia de la sequía, las tasas de abandono escolar están aumentando. Los niños y niñas están perdiendo más de tres días de colegio a la semana para ayudar a sus familias a recoger agua en puntos muy distantes, cuidar de sus hermanos y hermanas pequeños, mientras sus madres van a recoger agua o en la huida a zonas remotas en busca de agua, según relata la ONG.

«Todos los días me levantaba a las 6.30 de la mañana, preparaba a mis hijos para el colegio e iba al campo a las 7 horas. Apenas pasaba tres horas en el campo trabajando porque tenía que apresurarme para ir y hacer cola para recoger agua a dos kilómetros de mi casa. Tardaba dos horas en llenar un bidón por las largas colas, y después tenía que caminar de vuelta a casa», cuenta la ugandesa Mónica, de 39 años.

En el pueblo de Kamuli (Uganda), las mujeres y los niños solían caminar 40 minutos en un trayecto de dos kilómetros hasta la fuente de agua más próxima y después esperaban durante 90 minutos en una larga cola para conseguir el agua potable de uso doméstico, según ha recordado la ONG, que ha añadido que la población de 721 habitantes sólo tenía acceso a este pozo, que compartían con los pueblos vecinos y a veces había casi 2.000 personas pidiendo agua en la misma fuente.

Ante esta situación, mucha gente se vio forzada a dragar el agua de un pozo tradicional cercano, contaminado con sanguijuelas, larvas y heces. Plan International, con el apoyo de la Unión Europea, saneó y perforó pozos de agua en el distrito de Kamuli. «Ahora puedo trabajar siete horas en el campo y solo espero 10 minutos para acceder al pozo nuevo, lo que me ha permitido incrementar mis ingresos. La temporada pasada tuve la oportunidad de comprarme seis cabras. Me he ahorrado los gastos de comprar medicamentos para la diarrea porque mis hijos solo beben agua potable y limpia», relata Mónica.

Buenas prácticas de higiene y consumo

Por su parte, Plan International España, con el apoyo de Ferrovial, ha puesto en marcha un proyecto de acceso al agua potable que beneficiará a 13.000 personas en 15 comunidades rurales del distrito de Buyende (Uganda). En este proyecto, se instalarán trece pozos de bombeo y se mejorarán otros dos ya existentes que a día de hoy no proporcionan agua de suficiente calidad, además de promover buenas prácticas de higiene y consumo.

Finalmente, la ONG recuerda que cada euro invertido en la mejora del saneamiento y la higiene genera diez euros de beneficios para la economía nacional; importantes ahorros en costes de salud y tratamiento de enfermedades; y mejora la atención escolar y permite a los niños, especialmente a las niñas, permanecer en el colegio y terminar su educación.