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La Junta Directiva de la Asamblea Nacional (parlamento) de Nicaragua, controlada por el sandinismo, acordó este viernes destituir a 28 diputados opositores, entre propietarios y suplentes, pese a que se habían declarado independientes para tratar de evitarlo.

Los diputados, entre ellos el coordinador de la principal coalición opositora Eduardo Montealegre, fueron destituidos de sus escaños por una resolución del Consejo Supremo Electoral (CSE), que aceptada este viernes por la dirección del Legislativo, dijo la presidenta del Parlamento, la sandinista Iris Montenegro, en rueda de prensa.

Los 28 diputados destituidos, de los cuales 16 son principales y 12 suplentes, pertenecían al Partido Liberal Independiente (PLI) hasta mayo pasado, cuando la Corte Suprema de Justicia quitó la representación legal de este partido a Montealegre, para otorgársela al jurista Pedro Reyes, cuya actividad política era casi nula.

Reyes reclamó la destitución de los diputados que formaban el PLI ante el Poder Electoral porque estos no reconocieron su liderazgo como nuevo representante legal del partido, de acuerdo a la resolución.

«Nos declaramos independientes como recurso para evitar la destitución, ante la solicitud que Pedro Reyes (nuevo líder del Partido Liberal Independiente, PLI) hizo ante el Consejo Supremo Electoral (CSE)», dijo a Efe la diputada suplente Edipsia Dubón poco antes.

Bajo el mando de Montealegre, el PLI ganó 24 de los 91 diputados propietarios de la Asamblea Nacional en noviembre de 2011.

Tanto el Poder Electoral como los legisladores sandinistas en la Junta Directiva alegaron que el artículo 131 de la Constitución Política establece que los escaños le pertenecen al partido en el que fueron elegidos los diputados.

En este caso, los 24 diputados fueron elegidos en nombre del PLI cuando su representante legal era Montealegre.

Reyes, tildado de «colaboracionista» del oficialismo por el bloque opositor, se convirtió en el nuevo representante del PLI hace más de un mes en sustitución de Montealegre, coordinador de la opositora Coalición Nacional por la Democracia.

El reemplazo ocurrió después de que la Corte Suprema de Justicia (CSJ), controlada por magistrados afines al Gobierno, retiró a Montealegre de ese cargo y reconoció a Reyes.

Todavía hay 20 diputados del PLI (8 propietarios y 12 suplentes) que no se han pronunciado sobre obedecer a Reyes o seguir con Montealegre, y de los cuales no se pronunció la directiva legislativa.

La situación se da a menos de cuatro meses de las elecciones del 6 de noviembre, en las que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, buscará una nueva reelección, sin la participación de la coalición liderada por el PLI, que decidió retirarse tras el dictamen de la CSJ.

Ese día los nicaragüenses elegirán a un presidente, un vicepresidente, 90 diputados nacionales y otros 20 ante el Parlamento Centroamericano.

Los opositores consideran que los comicios, sin su participación, serán una «farsa» en la que Ortega se validará gracias a la complicidad del resto de partidos minoritarios que sí competirán con el sandinismo, favorito de la población según recientes sondeos.