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Al menos diez extranjeros resultaron heridos durante una serie de atentados entre este jueves y este viernes por la mañana en varias localidades de Tailandia, en las que han muerto al menos cuatro tailandeses, informó la Policía.

Entre los foráneos se encuentran cuatro alemanes, tres holandeses, dos italianos y un austríaco, todos ellos heridos durante la explosión de una bomba en el enclave turístico de Hua Hin, a unos 150 kilómetros al suroeste de Bangkok.

Algunos de ellos están siendo tratados por heridas de gravedad en los hospitales de la región, señaló la Policía en un mensaje.

Entre la tarde del jueves y la mañana del viernes, al menos 12 artefactos explosivos fueron detonados a distancia en cinco ciudades de Tailandia.

Un portavoz policial vinculó la serie de atentados coordinados con la acción de los movimientos separatistas que actúan generalmente en las regiones del sur del país, de mayoría musulmana.

«Las bombas, detonadas a distancia con un teléfono móvil, son del mismo tipo de las que utilizan los insurgentes en el sur», aseguró el oficial.

En una rueda de prensa posterior, no obstante, el jefe de la Policía Nacional de Tailandia trató de desligar los ataques con el terrorismo y los atribuyó a acciones de «sabotaje doméstico».

Varias legaciones diplomáticas en Tailandia instaron a sus residentes y viajeros a mantenerse alerta frente a nuevos atentados.

La embajada española en Bangkok pidió a los turistas y residentes extremar la precaución y evitar las aglomeraciones y los lugares públicos, en un mensajes publicado en la red social Twitter en el que informa que no hay constancia de ciudadanos españoles entre las víctimas.

Dos personas fallecieron en diferentes explosiones en Hua Hin, donde se han registrado hasta 5 deflagraciones, una en la sureña provincia de Trang y otra en Surat Thani.

Más de 35 personas han resultado heridas, según el recuento de los medios locales, en las doce explosiones que desde ayer han azotado al país.

La serie de atentados comenzó la tarde del jueves cuando una bomba estalló en un mercado de la capital de la provincia de Trang, situada en el sur de Tailandia, con el resultado de un muerto y siete heridos.

Horas más tarde, una deflagración se produjo en una de céntrica calle de Hua Hin.

Las autoridades y decenas de curiosos se acercaron al lugar de las explosión cuando una segunda bomba, escondida en un macetero, fue activada.

Este segundo explosivo mató a una tailandesa e hirió a otras 21 personas, entre ellos diez extranjeros.

Ya en la mañana del viernes, otras dos explosiones golpearon de nuevo Hua Hin, en las que murió al menos una persona y otras tres resultaron heridas.

Otra bomba fue descubierta por las autoridades, que procedieron a realizar una explosión controlada.

En la ciudad de Surat Thai, a unos 640 kilómetros al sur de Bangkok, dos artefactos explosivos colocados frente a una comisaría de la ciudad causaron la muerte de una trabajadora local y tres heridos.

Según los medios locales, al menos una persona resultó herida en Phuket, en la costa oeste del país, donde estallaron dos bombas, mientras en la provincia de Phang Nga, al norte de Phuket, se reportaron otras dos explosiones sin heridos.

Al igual que en anteriores incidentes vinculados con ataques terroristas o la insurgencia del sur, ningún grupo ha reivindicado la autoría de las explosiones.

Los atentados y ataques en Tailandia son habituales en el sur del país, que es escenario de un conflicto separatista que ha causado la muerte de 6.500 personas desde 2004.

Las explosiones en Bangkok y otras ciudades del centro y norte del país no son habituales.