El vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, pronuncia un discurso ante el Parlamento israelí en Jerusalén. | Efe

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El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, anunció en el Parlamento israelí (Knéset) el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén «antes del final del año que viene».

«Jerusalén es la capital de Israel y como tal (el presidente Donald) Trump ha dado indicaciones al Departamento de Estado para empezar las preparaciones del traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén», declaró hoy frente al Parlamento ante el boicot de los diputados árabes israelíes.

Los parlamentarios de la Lista Común, tercera fuerza de mayoría árabe, levantaron una pancarta con la fotografía de la conocida Cúpula de la Roca, en la Ciudad Vieja, con la frase «Jerusalén capital de Palestina», por lo que fueron expulsados.

Pence señaló que Trump «hizo historia el pasado mes» y tomó esta decisión por el «bien de la paz».

Con este reconocimiento, Washington «elige los hechos sobre la ficción», ya que «son la única base para una paz justa y duradera» entre palestinos e israelíes, algo con lo que su país «está comprometido», aseveró el vicepresidente.

«Al anunciar esta decisión sobre Jerusalén, el presidente pide a todas las partes que se mantenga el 'statu quo' sobre los lugares sagrados», detalló.

«Como dejó claro Trump, EEUU no tiene intención de tomar posiciones sobre ningún asunto final, incluyendo las fronteras concretas de la soberanía israelí en Jerusalén o la resolución de fronteras en disputa», recalcó.

PROTESTAS POR LA VISITA DE MIKE PENCE A ISRAEL EN NABLUS

El pasado 6 de diciembre, Trump rompió con décadas de consenso internacional al reconocer Jerusalén como capital de Israel y anunciar el futuro traslado de la embajada desde Tel Aviv a la Ciudad Santa, donde ningún país tiene su legación diplomática.

Los palestinos reclaman la parte oriental de Jerusalén como capital de su Estado, un territorio que está ocupado por Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967 y anexionado en 1980 en contra de las resoluciones de la comunidad internacional.

Desde el anuncio, el liderazgo palestino ha insistido en rechazar a Washington como mediador, negándose a reunirse con la actual Administración estadounidense.