Lieberman, líder de la formación ultraderechista Yisrael Beiteinu, se había mostrado contrario a la decisión del Gobierno de suspender el martes los bombardeos sobre el territorio costero a raíz del alto el fuego de dos días anunciado por las milicias palestinas.
Tras reunir de emergencia a su partido, el titular de Defensa finalmente ha confirmado públicamente lo que ya era un secreto a voces durante toda la mañana. En su opinión, la política de Netanyahu sobre la Franja de Gaza es una «rendición ante el terrorismo». «No hay otra forma de definirlo», ha apostillado.
«Intenté expresar mi opinión como miembro del gabinete y que se oyesen otras ideas, pese al precio electoral y político» que conlleva, ha añadido Lieberman en su comparecencia, en la que ha considerado «insuficiente» la respuesta dada por Israel al lanzamiento de «500 cohetes» desde el territorio controlado por el partido-milicia Hamás.
Para Lieberman, una de las voces más beligerantes del Ejecutivo desde su incorporación, las autoridades israelíes han demostrado en esta ocasión «debilidad» frente a un enemigo que «no habla de la coexistencia y el reconocimiento de Israel» como Estado. Asimismo, «no quieren reducir el desempleo en Gaza».
La salida de Lieberman amenaza con provocar un terremoto político en una coalición gobernante que depende en gran medida para su supervivencia de Yisrael Beiteinu. Fuentes del Likud citadas por 'The Jerusalem Post' han asegurado que Netanyahu será quien asuma la cartera de Defensa, que se sumará también a la de Exteriores.
Desde el partido mayoritario han descartado que esté en la agenda del primer ministro la convocatoria de elecciones anticipadas, como ha sugerido Lieberman al anunciar su dimisión. La salida del ministro incluye también la ruptura entre Yisrael Beiteinu y el Likud, lo que deja a la coalición con una mayoría mínima en la Knesset (Parlamento).
Netanyahu no ha aludido este miércoles a la polémica en torno a Lieberman pero, en un acto de homenaje al ex primer ministro David Ben Gurion previo al anuncio del ministro saliente, ha defendido el alto el fuego. Según ha dicho, fue Hamás quien «imploró» el acuerdo: «Sabían muy bien por qué».
En este sentido, ha alegado que su Gobierno seguirá trabajando para garantizar la seguridad de las zonas del sur de Israel más cercanas a la frontera gazací y ha apelado a Ben Gurion para defender que un buen líder es aquel que sabe tomar decisiones aunque sean «contrarias a la opinión popular».
La escalada de la tensión en la zona, que ha alcanzado niveles inéditos desde la guerra de 2014, se desencadenó el lunes, un día después de una operación encubierta de Israel en Gaza que se saldó con la muerte de siete milicianos de Hamás y un soldado israelí. Las milicias palestinas iniciaron entonces el lanzamiento de proyectiles contra territorio israelí.
Los muertos de estos últimos días --al menos siete en la Franja y uno en Israel-- se suman a los más de 200 confirmados desde la 'Gran Marcha del Retorno' convocada en Gaza a finales de marzo. Las organizaciones de Derechos Humanos han acusado a las fuerzas israelíes de utilizar una fuerza excesiva para reprimir las manifestaciones.
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