Carola Rackete, al ser detenida tras desembarcar sl 'Sea Watch' en Lampedusa. | Reuters

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La capitana del barco de rescate humanitario 'Sea Watch 3', Carola Rackete, ha abandonado la tarde de este sábado el cuartel de la Guardia Financiera de Lampedusa para entrar en situación de arresto domiciliario y a la espera de un posible traslado a Sicilia, mientras los alrededor de 40 migrantes rescatados por el navío han desembarcado ya en tierra firme y están en el centro de acogida de la localidad italiana.

La ONG ha confirmado que el barco se encuentra confiscado y los inmigrantes ya están recibiendo atención médica, según ha explicado el portavoz Ruben Neugebauer a la agencia alemana DPA. Aún no está claro cuál será el destino de los inmigrantes. Varios estados miembros de la Unión Europea, entre ellos Alemania, se mostraron dispuestos a dar acogida a los refugiados.

La capitana fue arrestada por violar, durante su entrada por la fuerza en el puerto de Lampedusa, el artículo 1100 del código de navegación: resistencia contra barcos de la autoridad, que contempla una pena de entre 3 a 10 años de cárcel.

Sin embargo, Rackete no ha sido acusada de intento de naufragio por embestir supuestamente contra una patrulla policial durante su entrada en el puerto, tal y como ha denunciado el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini.

Según las imágenes captadas por los medios italianos, un bote patrullero de la Guardia de Finanzas intentó obstruir la entrada del 'Sea Watch 3', pero finalmente acabó encajado entre el barco de rescate y el muelle, con su tripulación dentro. Salvini ha acusado a la capitana de poner en peligro las vidas de los agentes involucrados.

A bordo del barco también había varios diputados italianos que tocaron tierra junto a los inmigrantes. El parlamentario del Partido Democrático Graziano Delrio explicó que Rackete quería haber entrado horas antes pero le pidieron paciencia por si se resolvían las negociaciones para desembarcar a los migrantes en puerto seguro.

«Al final, nadie le dio permiso y la situación se había vuelto demasiado crítica, por lo que la capitana decidió entrar en el puerto», ha explicado en comentarios recogidos por 'La Repubblica'.

El diputado de Izquierda Italiana Nicola Fratoianni ha lamentado la situación. «Esta odisea finalmente ha terminado pero ¿cómo es posible que hayamos tenido que llegar a esto? Han visto lo fácil que ha sido desembarcar a 40 personas. ¿Cómo es posible?», se preguntó.
A nivel internacional, el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania --de donde es la capitana--, Heiko Maas, ha criticado a las autoridades italianas por el incidente. «No se debe criminalizar el salvamento marítimo», ha afirmado Maas en Twitter. Salvar vidas es un deber humanitario y «corresponde a la justicia italiana aclarar rápidamente las acusaciones», ha indicado.

Desde la oposición, el líder de Die Gruenen, Los Verdes, Robert Habeck, ha arremetido contra Salvini por un «giro del lenguaje de proporciones orwellianas» por acusar a Rackete de piratería y tráfico de seres humanos. «El auténtico escándalo son las muertes por ahogamiento en el Mediterráneo, el desvío de la legalidad y la falta de un mecanismo para la distribución de refugiados en Europa», ha afirmado Rackete en declaraciones a RND.

La Iglesia Evangélica de Alemania también ha criticado la detención, «una vergüenza para Europa» en palabras de su máximo responsable, Heinrich Bedford-Strohm. «Una joven ha sido detenida en un país europeo porque ha salvado vidas y quería llevar a los rescatados a tierra», ha denunciado.