Sin chips. Washington tiene en la manga un as que nunca ha usado contra otro país: la llamada Foreign-Produced Direct Product Rule (Regla de productos producidos en el extranjero, en español) que limitaría el acceso a Rusia de chips. De aplicarse, empresas localizadas fuera de EEUU tendrían prohibido exportar chips a Rusia siempre que estos se produzcan con tecnología estadounidense, explicó a Efe Robert D. Atkinson, presidente de la Fundación de Innovación y Tecnologías de la Información, un centro de pensamiento en Washington D.C.
El impacto sería enorme porque casi cualquier tecnología depende de los semiconductores, desde teléfonos inteligentes y ordenadores hasta sistemas para la extracción de energía, de aviación o de industrias pesadas. La producción de chips, sobre todo los utilizados para computación avanzada, está dominada por EEUU, Japón, Corea del Sur y Taiwán; mientras que Rusia apenas tiene producción interna. EEUU nunca ha usado esta herramienta contra una nación y solo la ha empleado una vez contra una empresa: la china Huawei, cuyos ingresos cayeron el año pasado en un 30 %.
Por ahora, Washington no ha revelado cuál sería el alcance de esta acción, es decir, si se limitaría a algunos sectores industriales o si podría llegar a repercutir en el acceso de ciudadanos rusos a consolas, tabletas y teléfonos móviles.
Grandes bancos. Estados Unidos y la UE ya impusieron en 2014 sanciones sobre algunas instituciones financieras rusas, pero ahora la Casa Blanca se ha planteado actuar contra los grandes bancos rusos e incluso contra el Fondo de Inversión Directa de Rusia (FIDR), que cataliza la inversión en los sectores más importantes para la economía rusa. Entre las entidades financieras que están en el punto de mira de Washington figuran Sberbank, VTB Bank, Gazprombank, Vnesheconombank y Rosseljozbank, cinco de las más importantes de Rusia que tras la anexión rusa de Crimea ya vieron cómo la UE limitaba su acceso a los mercados primario y secundario de capitales.
Ahora, esas y otras entidades aparecen en un proyecto de ley que ha elaborado el influyente senador estadounidense Bob Menéndez, presidente del comité de Exteriores del Senado, con el apoyo de la Casa Blanca y en el que se delinean algunas de las acciones que Washington podría tomar contra Moscú si invade Ucrania.
Datos bancarios swift. Otra de las posibles represalias que delinea ese proyecto de ley consiste en excluir a Rusia del consorcio de transacciones Swift, que es la base del sistema financiero global porque lo usan 11.000 bancos en 200 países o territorios para poder hacer transferencias. Este castigo ha sido bautizado como «opción nuclear» debido a las terribles consecuencias que podría tener para la economía rusa y para el valor de su moneda, el rublo.
En 2012, Swift cortó lazos con una treintena de bancos iraníes después de que la UE impusiera sanciones y debido a la presión de EEUU, lo que contribuyó al declive de la economía persa.
La energía. Otra de las posibles represalias contra el Kremlin sería cancelar el gasoducto Nord Stream 2, que busca transportar gas natural ruso directamente a Europa Occidental esquivando Ucrania y cuyo proceso de certificación se encuentra paralizado, por lo que no ha empezado a funcionar. El canciller alemán, Olaf Scholz, no ha entrado a valorar cuál podría ser el futuro de ese gasoducto. Sin embargo, el alto representante de la UE para Asuntos Europeos, Josep Borrell, aseguró a principios de mes que el proyecto está «ligado» a la situación en Ucrania.
Deuda nacional. En paralelo, Washington se ha mostrado dispuesto a restringir aún más el acceso de instituciones estadounidenses al mercado de la deuda soberana rusa. Los bancos de EEUU ya tienen prohibido participar en el mercado primario de bonos soberanos rusos no denominados en rublos desde 2019 y, en abril de 2021, el Gobierno de Joe Biden extendió esa prohibición a los bonos del mercado primario que se emiten en rublos.
El siguiente paso sería prohibir la compra de deuda en el mercado secundario, lo que impactaría negativamente en los mercados de bonos y divisas rusos.
Paso al frente contra la oligarquía. Una de las últimas opciones que EEUU ha puesto sobre la mesa es la de sancionar a miembros del Gobierno ruso y de las Fuerzas Armadas, así como prominentes oligarcas y sus familias. Hasta el momento, Biden se ha mostrado cauteloso a la hora de sancionar a oligarcas rusos debido a que hace dos años el Gobierno del entonces presidente, Donald Trump, (2017-2021) tuvo que levantar las restricciones que había impuesto sobre el gigante ruso del aluminio Rusal, fundado por el oligarca Oleg Deripaska. Las sanciones provocaron tensiones con Irlanda, Francia y Alemania, donde Rusal tenía negocios, por lo que Washingon tuvo que recular.
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