Este estadio con capacidad para 35.000 aficionados es la casa del FC Lviv y el Rukh Lviv y también lo fue desde 2014 hasta finales del 2016 del Shakhtar Donetsk, equipos que ahora juegan el partido más difícil de su historia: dar cobijo, comida y un lugar para asearse a cientos de desplazados que han tardado días en llegar a Leópolis.
Testimonio
Ivan tiene 14 años y huyó de las bombas que cayeron en su calle, en la provincia de Dnipró, con su madre, su gata persa ‘Michele' y su labrador ‘Irma'. Tras dos días de viaje en coche, en tren y a pie, llegaron al Arena Lviv, un estadio al que siempre había querido ir para ver jugar a su Shakhtar. «Nunca pensé que vendría al estadio del Shakhtar, pero al menos tenía la esperanza de hacerlo en tiempos de paz», lamenta Iván, que explica que de Dnipró solo se llevó dos bolsas cargadas de comida, medicamentos y ropa para pasar unas cinco noches en el estadio antes de intentar cruzar a Polonia.
El director de instalaciones del Shakhtar, Vadym Gunko, trabaja como un voluntario más atendiendo a los desplazados y cuenta que se le hace raro pensar que, debido a la guerra, «este precioso estadio, que fue diseñado para grandes partidos y eventos sea ahora utilizado como un refugio». «Ahora, la misión de este estadio es ayudar a la gente, dar refugio y dar unas mínimas condiciones de seguridad», dice Gunko, uno de los 40 empleados del club que ahora realizan todo tipo de tareas para atender a los desplazados. El Arena Lviv hace ya cuatro semanas que opera, pero se limitaba a ser un centro de registro para reubicar a los desplazados a otros centros de acogida.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.