El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski (arriba), interviene virtualmente ante el Consejo de Seguridad de la ONU, en Nueva York (EE.UU), donde también han llegado las investigaciones de los países escandinavos sobre las fugas de gas en Nord Stream. | Efe

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Estados Unidos salió este viernes al paso de las acusaciones del presidente ruso, Vladímir Putin, y volvió a negar cualquier vínculo con el presunto sabotaje de los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2, acusando al Kremlin de difundir «teorías conspiratorias» y «desinformación masiva». Washington aprovechó una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a las fugas detectadas esta semana en esas infraestructuras para responder a Putin, que hoy había acusado a países «anglosajones» de estar detrás de este episodio. «Seré claro: Estados Unidos niega categóricamente cualquier participación en este incidente y rechazamos cualquier afirmación que diga lo contrario», señaló el embajador adjunto estadounidense ante Naciones Unidas, Richard Mills.

El diplomático acusó a Rusia -que convocó la reunión de hoy en la ONU específicamente por el tema de los gasoductos- de usar el Consejo de Seguridad para «difundir teorías de la conspiración» y tratar de distraer la atención de los crímenes que está cometiendo en Ucrania, en una línea similar a la que mantuvo el Reino Unido. Del lado ruso, el embajador Vasili Nebenzia volvió a sugerir que Washington es quien está detrás de los presuntos ataques a los gasoductos, apuntando a los supuestos beneficios que su industria gasística puede obtener ahora que estas tuberías diseñadas para transferir gas ruso a Europa están inutilizadas.

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Según dijo, ante situaciones como ésta lo primero es preguntarse quién sale ganando, y entre los beneficiados, insistió, no están ni Rusia -que ha invertido mucho dinero en estos proyectos- ni Europa -que ve reducirse sus opciones de abastecimiento energético-. «Al otro lado del océano, a nadie le importa que Europa tenga por delante un invierno muy oscuro, frío y largo», señaló Nebenzia. El representante ruso, como ya habían hecho en los últimos días otros funcionarios desde Moscú, sacó a relucir unas declaraciones del pasado febrero en las que el presidente estadounidense, Joe Biden, advertía de que si Rusia invadía Ucrania eso supondría el fin del proyecto Nord Stream 2 y señalaba que su país se aseguraría de que sucediera.

También un tuit publicado y luego borrado por el exministro de Exteriores polaco Radoslaw Sikorski, en el que a una foto de la fuga de gas en Báltico añadió la etiqueta «gracias Estados Unidos». En la reunión intervino también un representante de Naciones Unidas, que dijo que la organización no cuenta con información propia sobre lo sucedido y expresó mucha preocupación por los efectos medioambientales que pueden tener las fugas de gas.

También habló un responsable de la compañía rusa Gazprom, que confirmó que las fugas se produjeron por «daños físicos» y no por averías y que dijo que no se puede estimar el tiempo que podría necesitarse para restaurar el sistema dado que será algo extremadamente complejo desde el punto de vista técnico. La reunión del Consejo de Seguridad se celebró inmediatamente después de una sesión sobre Ucrania en la que Rusia vetó una resolución que buscaba condenar los referendos celebrados en cuatro regiones ucranianas y su anexión por parte de Moscú.