Activistas medioambientales con pancartas de apoyo a Palestina. | Redacción Digital

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La activista medioambiental sueca Greta Thunberg rechazó este martes que ella y el movimiento climático Fridays for Future (FFF) se hayan radicalizado y aseguró que seguirá apoyando la causa palestina porque se esta cometiendo un «genocidio». «Cuando expertos de la ONU instan al mundo a actuar para impedir un genocidio, como seres humanos tenemos una responsabilidad. Exigir el fin de esta violencia es una cuestión de humanidad básica, invitamos a todos los que puedan a hacerlo».

«El silencio es ser cómplice. No se puede ser neutral ante un genocidio», escriben Thunberg y otros activistas de la sección sueca del movimiento. En un artículo publicado en el diario Aftonbladet, titulado «Seguiremos apoyando a Palestina», acusa a Israel de bombardear infraestructuras básicas como hospitales, escuelas y campamentos de refugiados y de usar el hambre «como un arma de guerra», citando a la ONG Oxfam.

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«Fridays for Future no se ha radicalizado o se ha vuelto político. Siempre hemos sido políticos, porque siempre hemos sido un movimiento por la justicia», escribe Thunberg, recordando que todos los grupos de FFF son autónomos y que el artículo sólo representa a la sección sueca. Reclamar la justicia climática se basa en una preocupación por las personas y sus derechos, por lo que solidarizarse con los palestinos y todos los civiles afectados es una «obviedad», argumenta el artículo.

«Que Hamás en un ataque terrible asesinara a civiles israelíes no puede de ninguna manera legitimar los crímenes de guerra de Israel. Cometer un genocidio no es autodefensa ni proporcional», apunta FFF-Suecia.

Thunberg recuerda además que, como movimiento sueco, FFF tiene una responsabilidad por la colaboración del Gobierno con empresas armamentísticas israelíes, lo que convierte a Suecia en apoyo financiero de «la ocupación y la muerte». La activista sueca ha pedido públicamente el fin de la guerra y ha apoyado la causa palestina en las últimas semanas, luciendo en manifestaciones el tradicional pañuelo palestino blanco y negro, lo que le ha valido algunas críticas.