'Bibi' ha presentado ante el gabinete de seguridad un documento de principios relativo a la situación de Gaza una vez termine la ofensiva lanzada contra Gaza tras los ataques perpetrados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), en el primer pronunciamiento en este sentido tras cuatro meses y medio de conflicto.
Así, el texto no menciona a la Autoridad Palestina ni descarta su papel en la gestión de Gaza, si bien apunta a que «funcionarios locales» con «experiencia administrativa» y sin lazos con «países o entidades que apoyan el terrorismo» deberían estar al frente del enclave costero una vez que Israel retire sus tropas de la Franja. De esta forma, Netanyahu podría estar descartando a países como Qatar e Irán, en referencia velada a sus entregas de fondos a Hamás y otros grupos palestinos, al tiempo que abunda en que el Ejército de Israel tendrá libertad para operar en Gaza para «evitar el resurgimiento de actividades terroristas».
El documento refleja además la «completa desmilitarización» de Gaza, «incluso más allá de lo necesario para mantener el orden público», así como la aplicación de «un plan de desradicalización en todas las instituciones religiosas, educativas y de proyectos sociales en Gaza». En este sentido, afirma que el plan de reconstrucción sólo arrancaría después de la desmilitarización de Gaza y reseña que «el plan de rehabilitación será financiado y encabezado por países aceptables para Israel», sin más detalles al respecto, según ha informado el diario israelí 'The Times of Israel'.
El plan contempla también el cierre de la UNRWA, que sería reemplazada por «organizaciones internacionales de ayuda humanitaria responsables», sin dar más especificaciones, en medio de las críticas y presiones de las autoridades israelíes desde hace años contra esta agencia de la ONU, recrudecidas desde el 7 de octubre. En esta línea, recalca que Israel continuará con su plan para crear una 'zona tapón' en territorio de la Franja, que ha arrancado ya con la demolición de edificios en zonas situadas a un kilómetro de la frontera, proyecto que seguirá en pie «mientras haya necesidades de seguridad».
Esta propuesta va en contra de los planes presentados por la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha afirmado en varias ocasiones que Gaza no debería perder parte de sus territorios tras el fin del conflicto, al tiempo que se ha pronunciado contra una «reocupación» del enclave costero. Por último, el plan presentado por Netanyahu recoge que Israel aplicará un «cierre sur» en la frontera entre la Franja y Egipto, con la «mayor cooperación posible» con las autoridades egipcias para intentar controlar el tráfico de bienes en la zona, en medio de las advertencias de El Cairo sobre posibles violaciones de su soberanía.
En respuesta al plan presentado por Netanyahu, Nabil abú Rudeina, portavoz del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha recalcado que el objetivo de 'Bibi' es «perpetuar la ocupación israelí de los territorios palestinos y evitar el establecimiento de un Estado palestino». «Gaza sólo será parte de un Estado palestino con Jerusalén como capital», ha sostenido, antes de incidir en que «cualquier plan en sentido contrario está destinado al fracaso». «Israel no tendrá éxito en sus intentos de alterar la realidad geográfica y demográfica en la Franja de Gaza», ha dicho.
«Si el mundo quiere seguridad y estabilidad en la región, debe poner fin a la ocupación israelí de los territorios palestinos y reconocer un Estado palestino independiente con Jerusalén como capital», ha zanjado, según ha informado la agencia palestina de noticias WAFA. En esta línea, el Ministerio de Exteriores palestino ha señalado en un comunicado en su cuenta en la red social X que «los principios de Netanyahu significan reocupar la Franja de Gaza y obstruir los esfuerzos estadounidenses e internacionales para establecer el Estado palestino».
La cartera diplomática palestino ha recalcado que el plan busca «prolongar la guerra de genocidio contra el pueblo palestino» y «ganar más tiempo para aplicar el plan de desplazamiento». «Es una maniobra escandalosa para entorpecer los esfuerzos internacionales y estadounidenses para lograr un acuerdo para detener la guerra y liberar a los prisioneros y los rehenes», ha criticado.
Asimismo, ha señalado que este plan demuestra la «hostilidad» de Netanyahu hacia la Autoridad Palestina y su «rechazo al Estado palestino y las soluciones políticas al conflicto», así como «su elección de las guerras y el ciclo de violencia para prolongar su presencia en el poder». Por ello, ha pedido a Estados Unidos y los países europeos que «reconozcan rápidamente» el Estado palestino e «inicien contactos internacionales para una conferencia internacional de paz que lleve al fin de la ocupación», con el objetivo de que los palestinos vivan «con libertad y dignidad en su patria».
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