Gran parte de la región central de Kanto, que incluye a la capital y a Chiba, y otras zonas de la costa nipona oriental se encuentran bajo alerta meteorológica debido al riesgo de fuertes lluvias, desplazamientos de tierra, marejada y ráfagas de vientos huracanados, pese a que la tormenta de viento fue escorándose hacia el este progresivamente y no está previsto ya que toque tierra. La JMA alertó de que los vientos de hasta 216 kilómetros por hora que arrastra podrían causar el derrumbe de viviendas y otras infraestructuras en las islas Izu, al sur de Tokio, así como del riesgo de que estas rachas huracanadas hagan volar objetos de forma peligrosa para los peatones o incluso vuelquen vehículos en Kanto.
A medida que el tifón avanza, se están registrando algunos daños en Tokio y Chiba, y se ha informado de al menos tres heridos leves. En la prefectura de Kanagawa, al sur de Tokio, un hombre de unos 40 años resultó herido en la mano después de quedar atrapada al cerrarse por los vientos la puerta del edificio de viviendas en el que estaba trabajando, y una mujer septuagenaria resultó herida en la frente tras ser arrastrada por las corrientes. Otro varón septuagenario sufrió lesiones tras ser derribado por el viento mientras caminaba en la prefectura de Ibaraki, al norte de Chiba, según detalles recogidos por la cadena pública japonesa NHK.
En el distrito tokiota de Ota, los fuertes vientos rompieron un poste telefónico de hormigón y en la zona residencial de Hiroo, en el distrito de Shibuya, un árbol fue arrancado de raíz, que operarios procedían a retirar con premura. En la vecina prefectura de Chiba, se recibieron varios informes de postes eléctricos dañados y árboles caídos, así como inundaciones en algunas carreteras de la región. Ante la aproximación prevista del tifón, operadores ferroviarios y aerolíneas han anunciado la cancelación de numerosas conexiones ferroviarias y vuelos domésticos.
La empresa ferroviaria JR East informó de que parte de las salidas del tren bala ('shinkanesen') de las líneas Tohoku, Joetsu, Hokuriku y Yamagata se suspenderán durante toda la jornada, lo que afectará a 20 servicios, además de la posibilidad de suspensiones y retrasos en las líneas de alta velocidad Hokuriku y Akita, en función de la evolución de la situación meteorológica. Por su parte, JR Central anunció la suspensión de la línea Tokaido entre las estaciones de Tokio y Nagoya, y puso en funcionamiento trenes especiales en previsión de un aumento del número de viajeros que optarán por adelantar sus viajes.
Otras líneas de cercanías en Tokio y Chiba se están viendo afectadas por retrasos y cancelaciones, así como parte de la red de metro de la capital. Las dos principales aerolíneas japonesas, Japan Airlines y All Nippon Airways, anunciaron asimismo la cancelación de más de 650 vuelos domésticos con origen o destino en los aeropuertos tokiotas de Haneda y Narita. Las cancelaciones afectan a unos 115.000 pasajeros, según los datos facilitados por las aerolíneas. Estas disrupciones se producen a las puertas de la operación retorno del período vacacional del Obon, en el que se da un gran número de desplazamientos, sobre todo desde grandes urbes como Tokio a zonas rurales.
Asimismo, el frente meteorológico ha provocado que un millar de hogares se queden sin luz en la localidad de Machida, en Tokio, y en otras dos de Chiba. La JMA prevé que las precipitaciones durante la jornada del viernes excedan los 300 milímetros en la región de Kanto, los 200 milímetros en Tohoku (noreste) y los 200 milímetros en otras zonas de la costa oriental nipona. Ampil, con una presión en su centro de 950 hectopascales, podría ir ganando en intensidad conforme avance en dirección noreste en paralelo a la costa japonesa del Pacífico a lo largo del viernes, aunque a partir del sábado se espera que se aleje del archipiélago nipón hacia el este, según las previsiones de la JMA.
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