El asesor de la Casa Blanca Jake Sullivan, en el encuentro que ha liderado el mandatario chino. | Reuters - TREVOR HUNNICUTT

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China ha calificado la visita del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, como «constructiva» y, pese a los reproches mutuos en esta ronda de reuniones, el Gobierno estadounidense ha reconocido que ambas partes planean una llamada a nivel de líderes en las próximas semanas.

Estas son algunas de las claves para entender el estado actual de las relaciones entre las dos potencias.

Roces comerciales... sin solución

Sullivan mantuvo reuniones con el máximo diplomático chino, Wang Yi; con el general Zhang Youxia, vicepresidente del principal organismo militar de China; y con el presidente, Xi Jinping. Wang trasladó sus quejas a Sullivan por el hecho de que el Gobierno de Joe Biden haya restringido en el último año las exportaciones a China de semiconductores y otra tecnología clave para impedir que el gigante asiático haga avances en sectores como la inteligencia artificial.

China critica que se esgrima el concepto de «seguridad nacional» para imponer dichas restricciones, que llegan en un momento en que Pekín ha redoblado su apuesta por la innovación para posicionarse a la vanguardia a nivel global en estos campos, algo que Estados Unidos no parece estar dispuesto a permitir. Washington, por su parte, defiende que seguirá protegiendo a su sector tecnológico y critica a su vez las «políticas comerciales injustas y contrarias a la economía de mercado» de China.

Taiwán, línea roja

Desde que Xi Jinping y Joe Biden se reunieran en 2023 en San Francisco (EEUU), quedó patente la tensión entre las dos potencias a cuenta de Taiwán, la isla autogobernada de sistema democrático que China reclama como parte de su territorio y a la que Washington envía gran cantidad de armas. Tanto Wang como el general Zhang incidieron a Sullivan que EE. UU. tiene que «dejar de armar a Taiwán», advirtiendo de que «el independentismo de la isla es el mayor riesgo contra la paz y la estabilidad» en el Estrecho.

La Casa Blanca asegura que «no apoya la independencia de Taiwán» y apuesta por «reducir los malentendidos y los juicios erróneos» en un momento en que Pekín ha aumentado su presión militar, diplomática y económica sobre la isla desde que el nuevo presidente taiwanés, William Lai, tomara posesión de su cargo el pasado mes de mayo.

Diferencias en los conflictos globales

Sullivan mostró su preocupación por el apoyo chino a Rusia en materia de Defensa, algo que Pekín niega. Según EE. UU., ese apoyo está «impactando la seguridad europea y transatlántica». Wang respondió que «China siempre ha estado comprometida con impulsar una solución política a la crisis ucraniana», y pidió a Estados Unidos que «no abuse de sanciones unilaterales ilegales». Por otra parte, el asesor de Biden criticó las recientes «acciones desestabilizadoras» en el mar de China Meridional contra barcos filipinos que operan de manera «legal» en esas aguas en disputa.

El diplomático chino alegó que China «salvaguardará firmemente su soberanía así como sus derechos e intereses marítimos», y exigió a Estados Unidos «que no use tratados bilaterales como excusa para socavar su soberanía» y que «no apoye ni tolere las acciones infractoras de Filipinas».

Canales de comunicación abiertos, pero con reproches

Wang trasladó el primer día de la visita de Sullivan que ambas partes tienen aún como tarea «cumplir con los consensos» alcanzados entre Xi y Biden el año pasado en San Francisco.

Xi trasladó que China mantiene su «compromiso» por unas relaciones «estables» como «prioridad», pero manifestó que la parte estadounidense debe «trabajar en la misma dirección que China» y considera al gigante asiático «de una manera positiva y racional».

¿Reunión a la vista?

Según la Casa Blanca, Sullivan y Wang hablaron de «próximos pasos» para reducir el flujo de drogas sintéticas ilegales a Estados Unidos y para continuar la repatriación de migrantes chinos indocumentados. Asimismo, ambas partes se comprometieron también a trabajar para mitigar los riesgos de la inteligencia artificial (IA) en el mundo, así como combatir la crisis climática.

Queda por ver si las conversaciones de estos días servirán para allanar el camino para una nueva llamada o reunión entre Xi y Biden, el único presidente estadounidense de las últimas décadas que no ha visitado China a falta de menos de medio año para que termine su mandato