Una operación conjunta del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) con la inteligencia militar de Kiev (GUR) y las Fuerzas de operaciones especiales del Ejército ha permitido que drones ucranianos alcanzaran durante la pasada noche un almacén de misiles y bombas aéreas de las Fuerzas Armadas rusas en la región de Tver, según la agencia ucraniana Ukrinform.
En el almacén había guardados misiles Iskander y Tochka-U, además de bombas aéreas guiadas y munición para artillería, según fuentes del SBU. Rusia lanza a diario contra territorio ucraniano decenas de bombas aéreas, que son explosivos convencionales de gran potencia dotados de sistemas de navegación propios que permiten a los aviones lanzarlas desde decenas de kilómetros de distancia del objetivo, manteniéndose así fuera del alcance de las defensas enemigas.
Las bombas aéreas son uno de los elementos más efectivos de la estrategia rusa en Ucrania, ya que destruyen posiciones enemigas y allanan el terreno para el avance de las tropas terrestres. Las autoridades rusas han informado este miércoles de la evacuación de Toporets, en la región de Tver y situada a 460 kilómetros de la frontera de Ucrania, como consecuencia de un ataque con drones ucraniano.
Rusia dijo haber derribado esta madrugada un total de 54 drones enemigos, 27 de ellos sobre la región fronteriza de Kursk, ocupada parcialmente por Ucrania. Ucrania se ha marcado como prioridad reducir el potencial de la aviación rusa con ataques a bases aéreas que de momento sólo puede llevar a cabo con armamento de fabricación propia, ya que sus aliados occidentales le prohíben utilizar sus misiles de largo alcance contra territorio de la Federación Rusa.
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