Con todo, ese organismo niega que los aparatos hayan estado en territorio búlgaro y afirma que «no se han realizado operaciones aduaneras con las mercancías en cuestión», en respuesta a una información aparecida en el portal informativo húngaro Telex. Ese medio ha publicado que Norta Global Ltd., una compañía radicada en Sofía, la capital búlgara, fue la que importó los buscapersonas desde Taiwán.
Esa información complica aún más la cadena para detectar el origen de los aparatos usados por Hizbulá, considerado terrorista por la Unión Europea. La compañía de Taiwán Gold Apollo, que distribuye esos equipos, ha asegurado que los modelos que explotaron fueron diseñados y fabricados con licencia por BAC, una empresa húngara.
El Gobierno húngaro afirmó ayer que esa firma actúa sólo como intermediaria comercial y no posee centros de producción en Hungría, por lo que los aparatos nunca estuvieron en el país. Telex cita hoy a «fuentes implicadas en el caso» para afirmar que aunque la empresa húngara firmó un contrato con la taiwanesa, fue en verdad Norta Global Ltd. la que estaba detrás del trato, y la que importó y vendió los aparatos a Hizbulá Norta Global Ltd. se dedica a «servicios de consultoría de gestión» según la información que aparece en páginas de registro de empresas.
En las explosiones del martes murieron nueve personas y otras 3.000 resultaron heridas. Diversas fuentes señalan a Israel como responsable de esos ataques. Los medios húngaros citan hoy las declaraciones al diario estadounidense New York Times de tres expertos de inteligencia israelíes que aseguran que los preparativos para esta operación empezaron hace años y que se habían creado varias empresas pantalla y que BAC, fundada en 2022, podría ser una de ellas.
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