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Miles de sobrasadas artesanales, según fuentes oficiosas, provenientes de las matanzas que se realizan de manera particular en Mallorca, están sufriendo un proceso de oxidación y volviéndose de color blanco varios días después de ser colgadas a secar.

Al parecer, según la investigación que están llevando a cabo la Conselleria de Agricultura, Comerç i Indústria junto con la de Sanitat i Consum, todos los indicios apuntan a que el cambio de color, y la consiguiente pérdida del producto que se vuelve rancio, es debido a una partida de pimentón de baja calidad.

Las pérdidas económicas son considerables ya que, según las mismas fuentes, en algunas zonas de la Isla hasta el 80 por ciento de la producción familiar de sobrasadas se ha tenido que tirar.

La situación no está especialmente localizada en ningún punto concreto de la Isla puesto que han aparecido numerosos casos en Montüiri, Campos, Sa Pobla, Artà, Llubí y Campanet, entre otros municipios.

Que la sobrasada cambie de color es, según diversas fuentes, normal en algunos casos, pero lo preocupante es que esta temporada ha afectado a demasiadas familias.

La hipótesis que barajan técnicos de Consum es que la partida de pimentón, al haber sido secada mediante hornos y secadores eléctricos, ha perdido el antioxidante natural que suele conservar la especie cuando el secado se produce de manera natural.

Cabe destacar que hace apenas un año, a una de las empresas fabricantes de pimentón más importante de la Isla se le abrió un expediente por incluir un antioxidante no autorizado. Puede ser, aseguran desde la administración, «que este año continúen con el secado en fábrica y no hayan incluido el antioxidante por miedo a otro expediente administrativo».

La decoloración de las sobrasadas está limitada a aquellas que se producen de forma artesanal y no afecta, en ningún caso, a las industrias que pertenecen al Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida «Sobrassada de Mallorca».