El abastecimiento de agua en varias zonas de Palma y Calvià fue
cortado o reducido al máximo, según la zona, desde la madrugada de
ayer hasta última hora de la tarde. La arteria de Ponent, enterrada
a unos cinco metros de profundidad en una ladera contigua a la
rotonda de la autopista de Génova, cerca del cementerio y del campo
de fútbol, reventó, posiblemente a causa de un corrimiento de
tierras. La presidenta de la Empresa Municipal de Aguas y
Alcantarillado (EMAYA), María Crespo, que al mediodía se acercó al
lugar de los hechos, dijo que «fue un reventón fortuito y,
afortunadamente, no se perdió mucha agua (en las tuberías circulan
entre 260 y 280 litros de agua por segundo) debido a que detectamos
rápidamente la disminución de la presión del caudal», explicó.
El reventón se registró en la arteria de Ponent, y la gran
cantidad de agua que salió en un primer momento, unido al hecho de
que la calle se encuentra en pendiente, afectó a varios coches
estacionados en la zona, que, de cualquier modo, no han sufrido
graves desperfectos, según confirmaron fuentes de la policía de
Palma. El abastecimiento del líquido elemento fue cortado de
inmediato en zonas como Génova, Cala Major, Illetes o Sant Agustí,
en Palma, y en varios puntos de Calvià, a la espera de que las
brigadas finalizaran las tareas de reparación de la avería,
trabajos que se prolongaron hasta entrada la noche.
Dos grúas, dos camiones, técnicos e ingenieros trabajaron desde
primeras horas de la mañana de ayer para sustituir el tubo dañado.
El ingeniero jefe de EMAYA, Ramiro Fernández, también atribuyó el
reventón de la tubería al corrimiento de las tierras y la presión
que ello conlleva.
La avería redujo a cero la presión del caudal de agua en
toda la zona afectada
La avería de una tubería como la registrada ayer en Génova no
ocurría en la zona desde hace dos años, según recordó el director
del área de redes de EMAYA, Salvador García Ruiz, que dirigió ayer
las labores de reparación. El último incidente grave se registró en
el CIR-14, en 1996, cuando el reventón de uno de los conductos dejó
sin agua a miles de vecinos de Palma y Calvià. Cuando revienta una
tubería «la presión del caudal del agua baja de forma considerable,
en algunos casos a cero, por lo que los usuarios son los primeros
en percatarse de que algo no funciona», explicó un técnico. El
tramo de tubería dañado debe ser sustituido de inmediato, aunque
ayer, los especialistas también comprobaron que no existiese el
riesgo de otro reventón en otras conducciones. Las tareas para
solucionar la avería se prolongaron a lo largo de todo el día de
ayer.
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