El Pla Mirall invirtió el pasado año 130 millones en la
remodelación de un tramo del Passeig Sagrera y la Ronda del
Migjorn, uno de los proyectos más ambiciosos y que afecta a parte
de lo que se ha bautizado como el Parc del Baluard de Sant Pere.
El proyecto, ya prácticamente finalizado, contempla que el tramo
comprendido entre la calle Consolat y los jardines de sa Feixina se
desarrollen siguiendo la calzada del vial actual. Ello unido a las
condiciones del contorno que conlleva el mantenimiento del vial
rodado en el primer tramo del Passeig Sagrera y la calle Consolat
ha obligado a los proyectistas a resolver la conexión de ambos
tramos mediante una plazoleta que sirve a la vez de nexo y de
elemento diferenciador de pavimentos, mobiliario urbano, etc.
Otro aspecto importante se refiere a que la circulación rodada
del paseo queda cortada en la calle Consolat, proyectándose una
incorporación de ésta al Passeig Marítim, permitiendo la salida
tanto del propio paseo como desde la plaza Drassanes.
En la calle Consolat y en el último tramo del vial rodado del
paseo, el pavimento de aglomerado asfáltico se ha sustituido por
otro de piedra de forma irregular para indicar el carácter
eminentemente peatonal de la zona.
La plazoleta donde se inicia el nuevo paseo tiene forma
rectangular y sirve a la vez para el nuevo emplazamiento de la
estatua de Rubén Darío. Además, en el paseo se distinguen dos zonas
diferenciadas, la primera hasta el Baluard de Sant Pere, con una
distribución de iluminación, arbolado y mobiliario urbano a ambos
lados, y una segunda hasta sa Riera, con iluminación y arbolado en
un lateral.
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