Han sido 30 días de ayuno, desde la salida del sol hasta la puesta. La comunidad árabe mallorquina, al mismo tiempo que 800 millones de fieles, ha seguido los estrictos preceptos que se imponen durante la celebración del Ramadán. En esta ocasión, para la comunidad musulmana de sa Pobla habrá sido una celebración muy significativa, puesto que ha podido celebrarlo en su propia mezquita, un modesto local que ha adquirido en la calle Crestatx, cuya inauguración oficial tendrá lugar el próximo sábado.
Ultima Hora estuvo presente en la mezquita, durante la celebración del día 27 del Ramadan, que contó con la asistencia de inmigrantes marroquíes que actualmente residen en zonas como sa Pobla, Inca, Pollença, Maria de la Salut y otras poblaciones vecinas.
Antes de la ceremonia, los asistentes pudieron degustar su primera comida del día, en la que el cous-cous era el alimento festivo.
La ceremonia religiosa comenzó a las ocho de la tarde. Los zapatos de todos los presentes, todos hombres, aunque se permite la asistencia de mujeres, que deberían estar en un espacio aparte, fueron depositados en un rincón, junto a la entrada de la sala, y los fieles se fueron colocando uno junto a otro, en ordenadas filas sucesivas.
El respetuoso silencio sólo era interrumpido por las plegarias del imam, de nombre Mohamed, dirigidas a Alá, a las que los reunidos respondían como si de una sola voz se tratara, de pie, en posición reverencial, de rodillas con el cuerpo erguido, o de rodillas con las manos y la cabeza tocando el suelo.
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